Antes de que alguien se enoje debe aclararse que el tono de esta nota es irónico, aunque no deja de ser absolutamente real, y tal como se dice más arriba desde el título, se trata de un producto al que la inflación fue, es y será imposible que afecte.
¿La razón?…Muy sencilla, a las empresas no les conviene que suba. Es más, si por ellas fuera, hasta preferirían que baje.
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UN POCO DE CONTEXTO
Desde hace años la política de tarifas en todas las empresas de servicios como telefonía fija, telefonía celular, Internet, televisión por cable, y algunas más en Argentina, optaron por aplicar un sistema por el cual nadie paga lo mismo por el mismo servicio.
¿Cómo lo consiguieron? De un modo poco ortodoxo, pero para ellos muy efectivo.
Colocan un valor de lista muy alto, prácticamente impagable para cualquier cliente, pero al que le aplican descuentos, bonificaciones, beneficios, o ‘quitas’ si (y sólo sí) el usuario se encarga con una periodicidad mensual, bimestral, trimestral, o semestral, de comunicarse con el servicio al cliente para solicitar que se renueve ese “descuento” bajo amenaza de darse de baja.
Sin embargo lo que sucede en la práctica dista mucho de lo que el usuario imaginaba cuando el operador le brindó ese beneficio de pagar, a veces, hasta un 80% menos del valor de lista.
EL EJEMPLO QUE LLEVA AL MÁGICO PRODUCTO
Suponiendo que el abono mensual por el servicio de telefonía e Internet sea, según precio vigente sin descuentos, de 9000 pesos.
El operador ofrecerá una bonificación de alrededor de 5000 pesos al mes, lo que arrojaría que por los siguientes seis meses, por ejemplo, el valor a pagar sería de 4000. Aunque siempre aclaran que esto tendrá la posibilidad de ser modificado a la suba si se aplican nuevos aumentos a la tarifa original debido a la inflación.
Hasta ahí todo bien. Todo legal.
Pero hay una trampa…
Si al mes siguiente se aprueba un aumento del 15% en la tarifa general, llamada por ellos “precio de lista”, esos 9000 pesos del ejemplo sufrirán un incremento de 1350 pesos, lo que llevará al valor total “de lista” a 10350.
Pero, en cambio, la bonificación continuará siendo de 5000 pesos, es decir no aumenta proporcionalmente, por lo tanto ahora se pagarán 5350 pesos, lo que constituye en realidad un aumento, que calculado desde los 4000 que se pagaban antes, es mucho más alto que ese 15% habilitado por inflación para la empresa.
En realidad supera al doble: o sea más de un 30% de incremento en la factura.
Fácil es deducir entonces que el único producto que la empresa en cuestión no aumentará ni actualizará por inflación será el beneficio otorgado a través de ese descuento que seguirá siendo el mismo a valor fijo los 6 meses, o el tiempo acordado.
Durante ese período seguirá inamovible en 5 mil pesos (de acuerdo a nuestro ejemplo) así sea que haya tres, cuatro, cinco, o seis aumentos legalmente otorgados a la empresa proveedora del servicio.
¡¡¡ALELUYA!!!
Aquí está entonces lo anunciado en el título de, éste artículo:
¡Ha aparecido el único producto estable frente a la inflación galopante!.
Los descuentoss de las empresas pareciera que fueran otorgados en Suiza, mientras el precio de lista se actualiza “a la Argentina”.
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