El icónico personaje de Paka Paka, símbolo de la historia popular argentina, está siendo “arreglado”. ¿Qué significa eso en la Argentina libertaria? ¿Un Zamba CEO, amante del libre mercado y enemigo de todo lo que huela a derechos colectivos?. A continuación, algunas propuestas para reinventar al niño formoseño como apóstol del capitalismo. Spoiler: ninguna incluye a San Martín.
Por estos días, el canal infantil Paka Paka vive una metamorfosis profunda, con promesas de contenidos “sin bajada ideológica” y la llegada de animé japonés como Dragon Ball, World Trigger o el más polémico aún The Tuttle Twins, que enseña valores como “libertad económica” y “anticomunismo” a niñas y niños desde temprana edad.
Pero el plato fuerte de esta reinvención no es otro que el destino incierto de Zamba, el chico morochito de Formosa que viajaba en el tiempo con próceres y militantes populares.
CON COMUNICADO DE PAKA PAKA
“Lo estamos arreglando“, dicen las redes sociales oficiales del canal, como si se tratara de un electrodoméstico roto. Mientras tanto, Zamba desapareció misteriosamente de la pantalla, en el mismo limbo cultural en que descansan los derechos laborales, los ministerios cerrados y la educación pública gratuita.

Pero no todo está perdido. Con un poco de creatividad, Paka Paka podría relanzar al querido personaje adaptado a los nuevos tiempos. Porque si la consigna es “desideologizar” (o más bien derechizar), entonces ¿por qué no hacer de Zamba un libertario de pura cepa?
A continuación, Infocielo presenta cuatro versiones de un Zamba neoliberal, con raíces firmes en Formosa pero con la cabeza puesta en la City porteña:
- Zamba CEO
Ahora viste saco ajustado, sin corbata (porque es disruptivo), y da charlas TED en el CONICET explicando cómo bajar el gasto público en términos de eficiencia energética. En vez de viajar con San Martín, se saca selfies con Elon Musk a través de un NFT.
- Zamba Agroexportador
Deja el colegio para dedicarse al libre comercio de soja. Tiene su propio podcast donde discute la “maldición de los derechos sindicales” y cómo el clima húmedo formoseño favorece la inversión extranjera. Su ídolo no es Belgrano, sino Jeff Bezos.
- Zamba Criptoinfluencer
Abandona la historia nacional para minar Bitcoin desde el patio de su casa en Clorinda. Cada capítulo enseña cómo fugar dólares por Binance sin que se entere la AFIP o ahora ARCA. Ya no pregunta por qué desapareció Rodolfo Walsh: ahora pregunta dónde conviene abrir una offshore.
- Zamba Coach Motivacional
Con remeras ajustadas y una taza de “Café con meritocracia”, da clases online sobre cómo ser tu propio jefe y no depender del Estado. Ya no habla con Juana Azurduy, sino con una inteligencia artificial que le da consejos de “mindset emprendedor”.
LA SUPUESTA NEUTRALIDAD A LA DERECHA DE SU PANTALLA (SEÑORA)
Mientras el Gobierno avanza con la motosierra también en la televisión pública, el “nuevo” Paka Paka se llena de producciones extranjeras, recortes y contenidos “neutrales”, que en realidad cargan con una fuerte bajada de línea libertaria.
Todo envuelto en la retórica de la desideologización, como si mostrar a Gokú fuese más neutral que mostrar a Rodolfo Walsh.
La reconfiguración del canal infantil, fundado en 2010 bajo el mandato de Cristina Fernández de Kirchner, es más que un cambio estético. Es un vaciamiento de sentido, una poda cultural que borra memoria, derechos y pertenencia para reemplazarlos por consumo, competitividad y neutralidad impostada.
Donde antes se contaban las luchas sociales, ahora se celebrarán las aventuras espaciales sin anclaje local. Donde había historia nacional, ahora habrá aventuras del libre mercado.
Y Zamba, símbolo de todo lo que incomoda al gobierno libertario —los derechos humanos, la historia crítica, la militancia popular—, permanece aún “en pausa”. Tal vez porque, si volviera tal como lo conocimos, les recordaría que incluso en los dibujos animados, el pasado no se borra tan fácil.
Pero a no angustiarse: quizás pronto pueda verse al nuevo Zamba, montado en un dron, saludando con una taza de Starbucks y citando a Von Mises mientras promete que todo va a mejorar… si sacamos los hipotéticos dólares del colchón.

