La noche del horror se desató en cuestión de segundos sobre el kilómetro 8 de la autopista Riccheri. Allí, Nazareno Isern, un joven de apenas 20 años, fue asesinado de un disparo en la cabeza por dos delincuentes que lo interceptaron mientras circulaba en bicicleta junto a su mejor amiga.
Nazareno y Kiara Alegre volvían juntos cuando una dupla de asaltantes apareció repentinamente por la colectora sur. “Se nos cruzaron y empezaron a exigirnos la bicicleta”, relató la joven. Ella aún tiembla al recordarlo. Nazareno intentó resistirse, un gesto instintivo que terminó costándole la vida.
“Me lo mataron delante de mis ojos”, dijo Kiara, quebrada, en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas. La chica contó que, después del forcejeo, uno de los ladrones sacó un arma y sin dudar apuntó a la cabeza del joven. El disparo resonó en la autopista como una sentencia.
“Cuando me giro para verlo ya no estaba más conmigo”, lamentó entre lágrimas. Según expresó, los padres del chico están “en shock total”. La escena, brutal y fugaz, dejó a toda la familia destruida.
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Peritos de la Policía Científica confirmaron que la víctima recibió un único impacto de bala en el cráneo. La causa quedó caratulada como homicidio en ocasión de robo, mientras que los dos asesinos escaparon y son intensamente buscados por la policía.
Nazareno, que salió de su casa como cualquier día, terminó convirtiéndose en una nueva víctima de la inseguridad feroz que golpea a la región. Su amiga, testigo directa del crimen, aún no puede comprender cómo un intento de robo terminó en una ejecución a sangre fría. “Me siento destruida”, repite una y otra vez.

