El Banco Central de la República Argentina (BCRA) publicó este viernes la Comunicación A 8336, con la que vuelve a poner en vigencia una medida clásica del cepo cambiario: la imposibilidad de combinar operaciones en el mercado oficial con las del circuito financiero.
El regreso de esta “restricción cruzada” apunta a frenar la práctica conocida como el “rulo”, que generaba una ganancia en dólares a partir de la diferencia entre cotizaciones.
La decisión quedó oficializada a través de una resolución firmada por la gerenta de Normas de Exterior y Cambios, Eva Cattaneo Tibis, y por la subgerenta general de Regulación Financiera, Marina Ongaro. La medida entró en vigencia de inmediato y tendrá impacto sobre personas y entidades financieras.
90 días entre operaciones
Según el nuevo texto normativo, toda persona que compre dólares en el mercado oficial deberá firmar una declaración jurada en la que se compromete a no realizar, ni directa ni indirectamente, operaciones en dólares financieros —como el MEP o el contado con liquidación (CCL)— durante los 90 días corridos posteriores a esa adquisición.
Hasta ahora, la restricción afectaba solamente a empresas y a determinados cargos jerárquicos. Desde ahora, el alcance se vuelve generalizado para cualquier individuo que busque acceder al dólar oficial.
En el Central señalan que este mecanismo es necesario para “evitar distorsiones” en el mercado cambiario, dado que el “rulo” implicaba una salida de divisas que debilitaba aún más las reservas.
Cepo y mercado paralelo
La medida aparece en un contexto en el que el mercado financiero muestra aparentemente menos tensiones luego de los anuncios del Secretario del tesoro de Estados Unidos Scott Bessent. El dólar MEP y el CCL en otros tiempos se habían convertido en alternativas utilizadas tanto por empresas como por particulares para sortear el cepo y acceder a divisas a precios distintos del oficial, pero ahora a pesar de la supuesta liberación absoluta para compra de moneda extranjera, una reinstalada prohibición parece mandar señales preocupantes al mercado.
Con esta nueva traba, el Gobierno busca cerrar el margen de maniobra para quienes combinaban ambos mundos: el oficial y el financiero. Sin embargo, especialistas advierten que el impacto inmediato podría verse reflejado en una mayor presión sobre el dólar paralelo, dado que parte de la demanda se trasladaría hacia ese segmento.
El Banco Central anticipó que enviará próximamente nuevas hojas de actualización normativa para reemplazar las comunicaciones anteriores, consolidando así la reincorporación de la restricción.
La restitución de esta medida confirma que este mini cepo cambiario se transforma en una de las “viejas nuevas” herramientas del Gobierno para mantener cierto control en un mercado altamente volátil.
Lo que para el BCRA es un freno a las “distorsiones”, para el mercado se traduce en una señal de que la libertad completa y absoluta de acceso a divisas sigue lejos de concretarse.