El gobernador Daniel Scioli salió con los tapones de punta contra los manifestantes que lo agredieron ayer en su visita a la localidad de Lobería y de una forma muy particular, advirtió que no dejará de trabajar.
“Desde algunos lugares se pensaba que no nos íbamos a animar a ir al interior, y empezaron las acciones intimidatorias, con cadenas de mails, con globos negros. Yo no voy a dejar de trabajar, me van a tener que pegar un tiro, y van a tener que apuntar bien, porque si me dejan herido voy a seguir trabajando. Yo perdí un brazo y seguí adelante, no voy a dejar de cumplir mi responsabilidad”, desafió el mandatario.
Pero además, y visiblemente molesto, indicó que “pueden tiran piedras, huevos, naranjas, pero van a tener que derribar el avión para que no llegue”.
“En Lobería me decían que esta gente ha quedado aislada porque son intolerantes, y es mentira que no se los recibe, yo tengo una mesa agropecuaria, este no es el camino de convivencia. Hay que desenmascarar a los que han empezado con estos hechos, no es un hecho aislado, vean las expresiones de las máximas autoridades de la Sociedad Rural”, amplió.