En el marco de su gira por Washington, el ministro de Economía, Sergio Massa, se reunió con el secretario general del Club de París Emmanuel Moulin para rediscutir distintos aspectos que hacen a la deuda que la Argentina mantiene con el organismo.
De acuerdo a lo expresado por el funcionario argentino al término de la reunión, el encuentro sirvió para “avanzar en la resolución de la agenda multilateral argentina”. Caber recordar que el país debe renegociar una deuda heredada de US$ 2.400 millones
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“El acuerdo está casi cerrado; hay muy buenas perspectivas” expresaron fuentes del equipo económico a Télam y anticiparon un viaje a Francia para el 27 y 28 de octubre encabezado por el ministro Sergio Massa.
La Argentina negocia una refinanciación a través de la cual intentará extender plazos y reducir las tasa de interés, que actualmente es del 9%.
El encuentro, formó parte de la agenda de actividades del líder del Frente Renovador en los Estados Unidos. En ese marco, ayer miércoles participó este miércoles en el conversatorio de Ministros de Finanzas organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La agenda continúa hoy con reuniones bilaterales con ministros de finanzas y cena de trabajo del G20-
Massa “es lo único que se interpone entre la Argentina y el caos” según The Economist
El semanario británico The Economist, uno de los medios especializados del mundo destacó el rol del ministro Sergio Massa para la estabilización de la economía y aseguró que “es lo único que se interpone entre la Argentina y el caos”.
“Camine por la calle Lavalle o la calle Florida en el centro de Buenos Aires y cada 20 metros alguien gritará ‘cambio’, ofreciendo comprar o vender dólares a una tasa que es aproximadamente el doble de la oficial. En los supermercados los precios suben cada mes. La inflación este año se dirige al 100%. Como ha sucedido varias veces en los últimos 50 años, Argentina se encuentra nuevamente perdida en un laberinto económico creado principalmente por ella misma. Las distorsiones han llegado al punto de peligro. ‘Si esto continúa, volveremos a ver saqueos de supermercados’, dice un taxista”, describe el artículo sobre los vaivenes de la economía nacional.
Según The Economist, “en la raíz de la actual inestabilidad se encuentra un gobierno peronista débil y dividido. Alberto Fernández, el presidente, le debe su cargo a la decisión de Cristina Fernández de Kirchner -sin parentesco con el presidente-, la figura más poderosa del peronismo, de elegirlo como el candidato peronista y postularse para ser su vicepresidenta”.
“Heredaron una economía que su predecesor conservador, Mauricio Macri, había intentado arreglar sin éxito. Llegó a un acuerdo de 57.000 millones de dólares con el FMI para evitar el desastre. El primer ministro de Finanzas de Fernández, Martín Guzmán, un académico, amplió los controles de precios y cambios, reestructuró los bonos extranjeros y negoció un nuevo acuerdo con el FMI” continúa.
Seguidamente, describieron el impacto de la llegada de Sergio Massa a Economía: “los Fernández recurrieron a regañadientes a Sergio Massa, la tercera figura importante del peronismo, quien pasó de presidir la Cámara baja del Congreso a encabezar un Ministerio de Economía reforzado. Ha traído algo de calma, aunque no mucha. Sus objetivos, comentó en su oficina en Buenos Aires, son bajar la inflación tanto recortando el déficit fiscal como generando confianza en el peso con superávit comercial y reservas de divisas”. “El acuerdo con el FMI es un ancla, no un objetivo”, dice. “Es útil como hoja de ruta”.
La publicación enfatizó que Massa aportó reservas al BCRA al ofrecer a los exportadores de soja una mejor tasa de cambio para repatriar sus dólares. “Aun así, las reservas netas son de solo 2.000 millones de dólares, según el FMI. Para cuidarlas mientras los fanáticos argentinos se preparan para viajar a Qatar para la Copa Mundial de fútbol del próximo mes, introdujo un impuesto sobre el gasto turístico en el extranjero.
“Ha reducido los gastos del Gobierno, elaborado un presupuesto más estricto y está trabajando para recortar los subsidios indiscriminados de las facturas de servicios públicos y el transporte público. La inflación ha ayudado a ese esfuerzo al reducir el valor real del gasto. El ministro recibió un impulso cuando el FMI aprobó el 7 de octubre un desembolso de 3.800 millones de dólares -aunque el dinero volverá al pago de la deuda-. El Fondo elogió los esfuerzos de Massa, pero advirtió que los riesgos siguen siendo altos”.
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