Cuarenta y tres años después de la guerra de Malvinas, cuando el país todavía sufre sus consecuencias y el pueblo reclama soberanía, el gobierno libertario de Javier Milei parece tener otros planes: abrirle la puerta de par en par al Reino Unido y a Estados Unidos para dejarlos ingresar hasta la cocina. Porque, si algo queda claro en el artículo de hoy publicado por la BBC, es que en este “romance” entre Londres y Buenos Aires, el que pone la cama es Argentina.
Según consigna el medio estatal inglés, Milei confirmó que desde principios de 2024 hay “diálogo” en Defensa con los británicos para retomar vínculos que estaban congelados desde… bueno, desde que ganaron la guerra de Malvinas.
Reino Unido, por su parte, lo celebró con diplomacia: “2025 marca el bicentenario de nuestras relaciones”. Como si nada hubiera pasado entre 1982 y ahora.
Mientras tanto, el Reino Unido aclara por si algún despistado no entendió el mensaje: “El compromiso con las Falklands sigue intacto“. O sea, que ni se les ocurra pensar que van a devolver algo. Pero ahí está Milei, pidiendo permiso con la gorrita en la mano para ver si, al menos, le venden unas balas.
El objetivo, dice la BBC, sería rearmar las fuerzas armadas. El problema: el embargo militar británico sigue vigente desde la guerra.
SÍ, HAY PLATA
El otro problema: casi todo el armamento occidental —especialmente el yanqui— tiene piezas británicas. El otro otro problema: ¿desde cuándo la Argentina tiene plata para eso?. Para salud y educación no hay, pero si es para comprarle juguetes bélicos a “Occidente”, ahí sí aparecen los dólares mágicos.
¿Quién lo pidió? ¿La sociedad? ¿Los militares? No. Esto sale directamente de la cabeza de Milei, obsesionado con agradarle a Washington y Londres como un alumno aplicado con complejo de colonia.
En aquel primer viaje a Davos el año pasado, ya dijo que “Occidente está en peligro” (pobre Occidente, que tiembla si no lo defiende Argentina) y propuso “hacer a Occidente grande nuevamente”, copiando la frase de su ídolo naranja, Donald Trump, quien aún no había ganado las elecciones.
El mismo Trump que luego le dijo: “Sos mi presidente favorito”, según el vocero presidencial. El mismo Trump que probablemente ni sabe ubicar Ushuaia en el mapa. Milei, feliz, le respondió en redes: “Sabés que podés contar con Argentina para llevar a cabo tu tarea”. ¿Qué tarea, Javier? ¿La de lustrarles las botas?
Todo esto sucede mientras Argentina le dio la espalda al grupo BRICS, compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y en donde están sus principales socios comerciales. ¿No era que íbamos a exportar? ¿A qué mercado, a Gales?
El rechazo a los BRICS y la solicitud para ingresar como “socio global” de la OTAN son parte del mismo acting: Milei quiere ser Occidente, aunque para eso tenga que vender el país en cuotas y sin intereses.
OBJETIVO: 4 VECES MÁS GASTO EN DEFENSA
Pero la realidad es terca. Según la BBC, el gasto en Defensa de Argentina viene siendo de los más bajos de Latinoamérica (0,5% del PBI en 2023) y Milei quiere llevarlo al 2%. Un salto gigante para un país que no puede pagar ni los sueldos en pesos. Pero el Presidente prefiere subirse a un tanque (importado) antes que subirse a un colectivo con los jubilados.
En el fondo, el gobierno se enreda en una doble moral: dice querer defender la soberanía, pero suplica por armas al país que ocupó militarmente parte del territorio nacional. Dice que China es una amenaza, pero necesita que nos compre todo lo que producimos. Dice que no va a entrar en conflictos, pero se mete en todos los pozos geopolíticos con tal de agradar al imperio.
Y lo más curioso: la mayoría del pueblo argentino ni siquiera sabe que estas reuniones con Reino Unido existen. Si mañana levantan el embargo y nos venden un avión con estampita de la Reina Isabel, probablemente el 99% de la población ni se entere. Y si se entera, no lo aprueba. Porque más allá del show de Twitter y los discursos delirantes, la memoria de Malvinas sigue viva en la calle.
Mientras tanto, China sigue invirtiendo millones en infraestructura, energía y litio, sin pedir genuflexiones ideológicas a cambio. Pero Milei prefiere mirar a otro lado, no sea cosa que lo acusen de “comunista” en el club de fans de Elon Musk.
EL REINO UNIDO SE RELAME
En definitiva, esta nota de la BBC no es más que el reflejo de lo que las potencias quieren: un gobierno argentino que les abra la puerta, les sirva el té, y les firme los contratos sin leer la letra chica. Y Milei parece encantado con el papel. Lo único que falta es que le manden un uniforme y lo nombren “soldado honorario de Su Majestad”.
Argentina tiene derecho a redefinir sus relaciones internacionales. Pero cuando esa redefinición incluye agachar la cabeza y pedirle armas al mismo país que ocupa las islas, ya no se está hablando de política exterior. Es únicamente entreguismo. Y eso, guste o no, no se votó en las urnas… Hasta ahora por lo menos.