“La forma en que contamos Malvinas es una cagada.” Jerónimo Guerrero Iraola, abogado del CECIM La Plata y especialista en geopolítica, no elige el eufemismo. Recién llegado de las islas, dice que el país sigue atrapado en el relato que impuso la dictadura militar y que eso nos impide entender qué está realmente en juego: la soberanía sobre el Atlántico Sur y la Antártida.
“Seguimos contando Malvinas desde la gesta patriótica, que es la voz del opresor”, plantea, en una extensa entrevista dentro del stream Parecemos Buenos amigos, por INFOCIELO play. “La ‘gesta’ es el relato construido por las Fuerzas Armadas sobre la Operación Rosario y la guerra, un relato que se mantiene en formol. Hay que dinamitar esa forma absurda de contar Malvinas.”
Para Guerrero Iraola, “Malvinizar no es repetir efemérides, es construir una conciencia estratégica. Hay que pensar Malvinas desde 1810 hasta 2050, porque ahí se juega nuestra proyección bicontinental y nuestro lugar en el mundo.”
La Antártida en la mira
También advierte que “Argentina va de frente a un conflicto directo con el Reino Unido por la Antártida”. Cuando en 2048 venza el tratado que congela los reclamos territoriales, dice, el país debe tener una estrategia sólida, “no militar, sino de pensamiento”.
El Tratado Antártico, firmado en 1959 y vigente desde 1961, congela los reclamos territoriales sobre el continente y establece que solo puede usarse con fines pacíficos y científicos, funcionando como un “paraguas” que mantiene congeladas las disputas. Dicho acuerdo vence en 2048, y se prevé que para entonces se abra un escenario de tensión global.
En ese marco, Guerrero Iraola plantea que Argentina debe prepararse, ya que los británicos ya despliegan infraestructura en Malvinas y usan la autodeterminación de los isleños como plataforma para proyectarse hacia el continente blanco.
En su visión, el país tiene que llegar a esa fecha con una estrategia clara, coherencia diplomática y presencia científica real, no con discursos vacíos de soberanía. “Nos falta educación y cultura geoestratégica. En Reino Unido, las élites se forman entendiendo por qué Malvinas importa. En Argentina, ni siquiera nuestras élites políticas lo comprenden”, sostiene.
Su síntesis es clara: “La gran bandera del siglo XXI es la soberanía. Si no construimos soberanía científica, tecnológica, territorial y económica, no habrá justicia social ni independencia económica.”
Guerrero Iraola acusa al gobierno actual de llevar adelante “un plan sistemático de entrega de soberanía” y contrapone esa línea con la de Néstor y Cristina Kirchner, que “encarecieron la ecuación logística británica y defendieron la coherencia regional”.
Pero insiste en que el cambio de fondo debe ser cultural. “Tenemos que dejar de hablar de la guerra y empezar a hablar de la causa. Malvinas no es una herida del pasado, es una pregunta sobre el futuro. No se trata de mirar 1982, sino de pensar la Argentina de 2050.”