La llegada de Starlink a Argentina puede marcar un hito en la conectividad del país, prometiendo acceso a internet de alta velocidad en zonas remotas gracias a la red de satélites de SpaceX. Sin embargo, esta innovación quedó en medio de una controversia porque el presidente Javier Milei está siendo duramente criticado por su interacción en redes sociales con la empresa, lo que está suscitando un debate sobre la ética en el ejercicio de la función pública.
STARLINK: INNOVACIÓN CON POLÉMICA
A partir del segundo semestre de 2024, los argentinos tendrán acceso al servicio de internet satelital de Elon Musk. La empresa promete revolucionar la conectividad, especialmente en áreas donde el servicio terrestre es inaccesible o ineficiente. Con la aprobación del gobierno de Milei a fines de febrero, la presencia de Starlink en Argentina es ya una realidad palpable.
El servicio estará disponible a través de la página oficial de Starlink y distribuidores autorizados como Mercado Libre, Frávega y Cetrogar. El proceso de reserva requiere un depósito inicial de 9 dólares, seguido de una tarifa mensual estimada entre 50 y 60 mil pesos, sin incluir el costo del kit necesario para la instalación, que ronda los 500 mil pesos.
El entusiasmo por esta tecnología se está viendo opacado por las acciones del presidente Milei en Twitter.
Al dar “me gusta” a una publicación de Starlink, se ha planteado la cuestión de si infringió la Ley de Ética en el Ejercicio de la Función Pública.
El artículo 13 de dicha ley prohíbe a los funcionarios públicos prestar servicios a empresas concesionarias o proveedoras del Estado, en casos donde exista competencia funcional directa.
INTERPRETACIÓN Y CONSECUENCIAS DE LO HECHO POR JAVIER MILEI
La interpretación de la ley es compleja y depende del contexto. Aunque las redes sociales ofrecen un espacio para la expresión personal, cuando se trata de figuras públicas, la línea entre lo personal y lo oficial puede difuminarse. La acción de Milei está generando un debate sobre si su conducta representa un conflicto de interés, o si simplemente ejerció su libertad de expresión ‘como un ciudadano más”.
Si bien la llegada de Starlink a Argentina conlleva un avance significativo en términos de tecnología y conectividad, también debería ser imperativo que los líderes políticos mantengan una conducta que respete los principios éticos y legales, asegurando que la innovación y el progreso no se vean empañados por cuestionamientos éticos o sospecha de “favoritismo estatal”.
La situación actual no responde a la transparencia y la integridad de la que se jactan los seguidores libertarios en la función pública. Se trata de un elemento clave para la confianza ciudadana y el desarrollo sostenible del país.


