El nuevo ofrecimiento del gobierno bonaerense para estirar el tiempo de pagos del bono BP21 hacia mayo consiste en el ofrecimiento de un adelanto del 30% de lo que la Provincia debía disponer para el 26 de febrero, pero Fidelity traba el acuerdo.
La idea fue aceptada por un número considerable de bonistas, alrededor de 200, y además tuvo el apoyo de uno de los más grandes. Sin embargo, al gobierno de Kicillof todavía le sigue trabando uno. Lo que pone en riesgo la posibilidad de que la provincia entre en default.
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Se trata de Fidelity, uno de los fondos de pensiones más grandes del mundo y un acreedor de peso en la negociación de la deuda con el gobierno bonaerense.
Según consta, el fondo de pensiones de origen estadounidense tiene inversiones por 418 mil millones de pesos y el dinero que le prestó a la provincia sale, precisamente, de los aportes jubilatorios de ese país. Eso podría complicar aún más la aceptación por parte de este fondo.
“Para alcanzar el 75 por ciento se necesita en particular a un fondo que tiene una cantidad muy significativa y que no está de momento mostrando el mismo grado de adhesión o ayuda en el diálogo constructivo y de buena fe que se tuvo”, había deslizado Axel Kicillof respecto a este poderoso acreedor.
Aunque todavía no está confirmado, la firma Fidelity sería responsable del 16% de los bonos BP21, los que vencen en febrero y el gobierno busca acordar a contrarreloj.
“Estaba previsto un vencimiento muy grande el 26 de enero, que el mismo día que asumí mostré. A partir de ese momento estamos dialogando con los bonistas y quería dejar en claro que ya hubo una aceptación de una cantidad importante, pero además en volumen, porque la propiedad de estos bonos está muy atomizada”, admitió el gobernador.
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