En un clima de tensión interna, el ex presidente Mauricio Macri recibió al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, en su mansión de San Isidro para intentar darle una vuelta al armado de cara a las elecciones legislativas de este año. Sin embargo, los dirigentes opositores no encontraron demasiados puntos en común de hacia dónde debe ir el rumbo del PRO para estas elecciones.
El encuentro fue temprano, a las 8.30, y sorprendió a más de algún dirigente cercano. Según dejaron trascender, durante el encuentro no se pudo avanzar en destrabar el conflicto existente en la coalición opositora: mientras Rodríguez Larreta insiste con desembarcar en la Provincia a través de su delfín Diego Santilli, el ex mandatario le quiere dejar el camino allanado a su primo, Jorge Macri, que se enfila con Patricia Bullrich, una de las máximas referencias de ala dura del PRO.
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En el encuentro mano a mano hubo lugar para los pases de facturas entre ambos representantes de la oposición. Macri le cuestionó la “peronización del espacio”. El ex presidente sostiene que la posibilidad de ampliar el espacio puede terminar siendo un tiro en el pie para los actuales referentes. Algo similar a lo que hoy mismo le pasa a Mauricio Macri al ver que Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal se manejan por fuera de sus órdenes mientras él ruega en cada nota que da que “no cometan un parricidio”.
Lo cierto es que en el PRO saben que si compiten en una interna con los radicales, y van divididos a las elecciones, pueden perder en la Provincia de Buenos Aires. Rodríguez Larreta ya puso en marcha su plan para que Diego Santilli sea candidato, y por más que reciba el apoyo de varios intendentes y dirigentes, la mayor cantidad de votos, según las encuestas, es de Jorge Macri.
“Hay que buscar la unidad dentro del espacio y lograr crecer en votos para ganarle la elección al kirchnerismo”, señalan cerca del primo del ex presidente. Y remarcan que “esa unidad no se construye imponiendo candidaturas desde la Ciudad de Buenos Aires a un frente electoral de la Provincia”.
Así las cosas, ninguno de los dos sectores está dispuesto a ceder las cabezas de lista en la Provincia de Buenos Aires. Desde el ala más dura a la más dialoguistas con el Gobierno coinciden que la PASO va a ser una salida a esta solución.
En paralelo, Macri todavía insiste para que la ex gobernadora María Eugenia Vidal que se quede en la Provincia. Algo que no sucederá, la “Leona” (devenida en “Gatito”, según sus adversarios dentro del PRO) ya decidió que no vuelve al territorio bonaerense y trabajará a la par de Rodríguez Larreta en la Ciudad. Tampoco definió si será candidata en el distrito porteño, aunque de serlo, podría restarle votos a Patricia Bullrich, la principal aliada de Macri.
En este contexto, Mauricio Macri y Rodríguez Larreta se reunieron para intentar ordenar los distintos frentes que tiene el PRO a menos de un mes del cierre de listas, una tarea que parece cada vez más difícil.
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