El intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, es una de las caras visibles de la derrota de La Libertad Avanza el último domingo en la provincia de Buenos Aires. A diferencia de otras figuras libertarias en la mira, su traspié fue el más visible porque se jugaba gran parte de sus opciones para ser elegido y competir por la Gobernación en 2027.
Considerado por Javier Milei como su mejor carta para nivelar los comicios en el conurbano bonaerense y equilibrar una derrota casi segura en la Tercera sección, bastión del peronismo, su caída fue lapidaria.
Su nombre al frente de la lista de senadores por la Primera Sección ilusionaba al oficialismo nacional. No solo como la esperanza violeta de triunfo sino como baluarte para conseguir varios puntos de distancia en la zona norte y oeste del conurbano.
Pero los rankings de imagen de consultoras que reproducen mes a mes los medios porteños fueron estériles y alejados de la realidad.
Diego Valenzuela: diez puntos abajo y derrotas en 21 de los 24 municipios
En listas repletas de desconocidos, Diego Valenzuela y Guillermo Montenegro, eran los nombres de peso de los libertarios.
Mientras el intendente de Mar del Plata ganó por 4 puntos y salvó la ropa en la quinta sección, la derrota del jefe comunal de 3 de Febrero, en cambio, fue estrepitosa.
Los números hablan por si solos. Diego Valenzuela cosechó 37 % de los votos y quedó a diez puntos abajo de Gabriel Katopodis, candidato de Fuerza Patria en la primera sección.
El peronismo se llevó cinco bancas mientras que LLA solo pudo conseguir tres lugares.
Las cifras se repiten en la mayoría de los distritos: La Libertad Avanza perdió en 21 ciudades y solo pudo ganar en Tres de Febrero – el peronismo quedó a solo 4 puntos-, en Vicente López y San Isidro (distritos con el arrastre de estructuras municipales).
Una victoria de Diego Valenzuela hubiera sido un verdadero trampolín en la lista de aspirantes de LLA para la gobernación bonaerense en 2027.
Pero los números fueron lapidarios para un intendente que decía entender como ningún otro el programa económico nacional a través de la desregulación del Estado.
Con mucho tiempo por recorrer, es cierto, sus posibilidades quedaron relegadas ante numerosos dirigentes que desean ser elegidos por Javier Milei para competir por el sillón de Dardo Rocha.
Tras el cimbronazo del resultado, Diego Valenzuela dejó de lado su discurso altanero e intentó ensayar una autocrítica. “No comparto la simplificación que hacen muchos: `les gusta cagar en un balde’. El voto siempre tiene razones valederas y no hay que subestimar a los ciudadanos” sostuvo en sus redes sociales.
Y se desligó de los discursos que simplifican el triunfo del peronismo a la capacidad de los aparatos municipales de los intendentes: “En realidad se someten al voto gestiones locales legitimadas por los vecinos. Ahora humildad y a corregir lo que haga falta para salir fortalecidos” lanzó, en un intento por empezar a asimilar el golpe como un boxeador groggy que quiere evitar el knock out.