En los últimos cuatro años, la caída de la participación del ingreso de los trabajadores asalariados alcanzó -6,9%, mientras que el capital obtuvo un incremento de +5,3% en igual periodo, de acuerdo a los datos del INDEC.
Durante el gobierno de Mauricio Macri, entre 2016 y 2019 los trabajadores asalariados se llevaron la peor parte, en tanto que tuvieron un retroceso en la participación del ingreso de 4,8 puntos, el 70 por ciento de la caída total registrada hasta el segundo trimestre de este año.
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A partir de la asunción de Alberto Fernández, los asalariados tuvieron una mejora en la participación durante la pandemia por coronavirus, a partir de las políticas que el Gobierno nacional implementó para paliar el parate económico, pero continuaron su retroceso en la post pandemia, momento en el que las empresas acapararon el 83% de la mejora en la productividad.
Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en la post pandemia se produjo el mayor crecimiento de la rentabilidad empresarial con una suba de 3,5% en la participación de los ingresos.
Desde el último trimestre de 2019 hasta la actualidad, el 83% de la mejora en la productividad laboral de estos últimos 3 años se lo quedaron las empresas. “Esto significa una transferencia de ingresos desde los trabajadores hacia los empresarios que se suma a la pérdida por un mayor incremento de precios que de salarios”, concluye el CEPA.
Y añade: “Un ejemplo concreto es el caso de la industria manufacturera: el monto que equipararía el ingreso total de los trabajadores industriales con lo que les corresponde por productividad no pagada desde 2016 sería de aproximadamente 1,6 billones de pesos en remuneraciones.”
El primer semestre del año, cerró entonces con una participación del empresario en los ingresos de 45%, contra una participación del sector asalariado de 44,4%, de acuerdo al Centro de Economía Política Argentina que conduce el economista Hernán Letcher.
De esta manera, el incremento del PBI de más de 10 puntos alcanzado en 2021 y otros 4 puntos que se proyectan para este año, fueron en gran parte a los empresarios en un fenómeno de “crecimiento sin distribución” que el Frente de Todos mira con preocupación de cara a las elecciones de 2023.
Si bien la vicepresidenta Cristina Kirchner venía apuntando desde hace dos años con que el Gobierno implemente medidas para que el crecimiento de la economía “no se lo lleven unos pocos”, a diferencia del ex ministro de Economía Martín Guzmán, desde el equipo de Sergio Massa también analizan este fenómeno con cautela.
A fines de septiembre, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein planteó, justamente, que los “márgenes brutos empresariales han quedado altos en general, se han desfasado y hay que buscar que vuelvan a cuatro, cinco años atrás”.
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