El Ministerio de Ambiente bonaerense y la fundación Vida Silvestre firmaron un convenio específico con un ambicioso objetivo: salvar al ciervo pampero, también conocido como Venado de las Pampas. Se trata de un animal en peligro de extinción que habita en la Bahía de Samborombón y que fue declarado Monumento Natural. El aporte de los municipios y la Legislatura.
El acuerdo entre el gobierno y la organización ambientalista se firmó a fines de junio, pero salió publicado en el Boletín Oficial de este miércoles. Tiene una duración de dos años que se podrán prorrogar y tiene tres objetivos concretos: apoyar y promover la conservación y gestión sostenible de áreas protegidas en la Pampa Deprimida, fomentar el manejo ganadero sustentable y establecer estrategias de restauración de ecosistemas en la provincia de Buenos Aires.
La iniciativa apunta, más concretamente, al ciervo pampero y a tres áreas protegidas: la reserva natural Bahía Samborombón, la reserva natural Rincón de Ajó y la reserva natural Laguna Salada Grande y Chica. Es en esos tres lugares (y sus alrededores) donde buscan mejorar las condiciones de vida del animal en cuestión.
Para ello, la fundación se comprometió a brindar apoyo técnico y financiero para hacer actividades de capacitaión orientadas a la conservación de las tres reservas naturales. También van a “identificar oportunidades de financiamiento” para dichas áreas y a impulsar talleres en los municipios de Tordillo y General Lavalle vinculadas a ganadería sostenible.
La idea es que los productores de la zona aporten su granito de arena en la conservación del ciervo pampero porque la ganadería y los perros salvajes han sido dos factores determinantes para la disminución de su población. Los municipios mencionados ya hicieron lo suyo con beneficios impositivos para quienes “desarrollen prácticas que favorezcan la presencia de venados”.
El Impuesto Inmobiliario Rural entra en juego
Siguiendo el ejemplo de las ordenanzas de Tordillo y General Lavalle, la diputada provincial Micaela Olivetto presentó un proyecto de ley en la Legislatura Bonaerense. La norma, aprobada por el Senado a fines de junio, le otorga a propietarios de los campos de la zona una desgravación de hasta el 100% en el Impuesto Inmobiliario de la Planta Rural o Subrural.
La idea es que lo reciban quienes compatibilicen sus actividades ganaderas con la conservación del venado. Es decir, aquellos campos que verifiquen la existencia de estos ciervos y que se suscriban a planes de manejo serán beneficiados con la exención del tributo. Primero será del 50% (siempre sobre la fracción afectada) e irá aumentando en un 10% todos los años hasta llegar al 100%.
Desde la fundación Vida Silvestre celebraron la iniciativa señalando que es “una medida pocas veces vista”. “Es clave destacar que esta inversión en incentivos, que promueve la coexistencia de la especie con la ganadería en alianza con los propietarios de los campos, es infinitamente menor a lo que representaría para el presupuesto del Ministerio de Ambiente trabajar individualmente por la conservación de la especie“, agregó Sebastián Fermani, director de conservación de la organización.
La historia bonaerense del Venado de las Pampas
El Ozotoceros bezoarticus, también conocido como ciervo pampero o venado pampero es un pequeño cérvido originario de sudamérica cuya población bonaerense se encuentra en peligro de extinción. Con la Ley 11.689 fue declarado Monumento Natural de la provincia de Buenos Aires y se prohibió de manera total y permanente su caza.
La especie tuvo una amplia distribución por los pastizales sudamericanos, pero durante gran parte del siglo XIX fue intensamente perseguido por su carne y su cuero (entre 1860 y 1870 Argentina llegó a exportar más de 2 millones de cueros de este ciervo). Esto, sumado a la expansión de la agricultura y la ganadería, provocó una fuerte reducción de su población.
Al día de hoy se estima que hay entre 150 y 250 ejemplares distribuidos en la Bahía Samborombón, desde el sur del Río Salado hasta la ría de San Clemente del Tuyú. Esto es lo que el Ministerio de Ambiente y la fundación Vida Silvestre buscan proteger.
La pérdida de los pastizales (su hábitat natural), la caza furtiva (ya prohibida) el conflicto con animales domésticos (como perros asilvestrados) y el impacto de especies invasoras (como el chancho cimarrón o el ciervo axis) son sus principales amenazas.