Javier Milei no suele hablar de fútbol, pero después de que Argentina goleó 4-1 a Brasil en el Monumental, no pudo evitar la tentación de meter su cuchara. Retuiteó un posteo de la cuenta humorística “Un Metro Adelantado” que decía: “Con lo que le gusta la joda, qué raro que Neymar se haya perdido este baile.”
Una chicana futbolera clásica, que en boca de un hincha pasaría desapercibida, pero que viniendo del presidente de la Nación, deja en evidencia su desesperación por asociarse a un triunfo que no tiene nada que ver con él.
MILEI, TAN GRACIOSO COMO UNA INFECCIÓN URINARIA
Más llamativo aún es que Milei, quien se jacta de ser un defensor de la meritocracia y el esfuerzo, festeje una burla hacia Neymar, un futbolista que podrá ser fiestero, pero que es uno de los más talentosos y determinantes de los últimos tiempos.
Además, es un jugador brasileño excepcionalmente querido en Argentina, gracias a su amistad con Lionel Messi y su respeto permanente hacia la Albiceleste. Pero claro, esos detalles poco importan cuando lo que se busca es generar ruido en redes y captar un poco de la euforia colectiva.
Detrás de este posteo no hay pasión futbolera ni picardía deportiva. Hay una jugada política oportunista.
La economía está en caída libre, el FMI sigue sin enviar los dólares prometidos y el ajuste golpea con fuerza. En este contexto, Milei parece creer que la alegría futbolística del país puede trasladarse a su favor.
Pero la historia no avala esta estrategia: Alberto Fernández fue presidente durante la Copa América, la Finalissima y el Mundial de Qatar, y aun así su gobierno terminó en un fracaso… Y sin siquiera poder presentarse a una reelección.
Además, el tono del posteo no se limitó a celebrar la victoria argentina, sino que incluyó una burla personal hacia Neymar, reforzando esa imagen de Milei como un provocador que gobierna más como un tuitero que como un jefe de Estado.
EL EMPERADOR DEL MEME
Quizás en su delirio libertario cree que es un líder de la nueva era, un presidente-meme que maneja el país a fuerza de likes y comentarios hirientes.
Pero la política internacional no es Twitter. Meterse con Neymar, una figura adorada en Brasil, puede traer respuestas inesperadas. ¿Cómo reaccionarán en el gigante sudamericano? ¿Habrá alguna repercusión diplomática? ¿O simplemente quedará como otro episodio de Milei actuando más como un hincha desaforado que como un presidente?.
Además Neymar, ideológicamente, hasta parece más cercano a Milei que otros futbolistas por su recordado apoyo a Jair Bolsonaro.
Mientras tanto, la gente, después del éxtasis futbolero, vuelve a la realidad. Porque las alegrías del fútbol son hermosas, pero la heladera sigue vacía, y los retuits no pagan las cuentas.