La Corte Suprema de Estados Unidos autorizó el embargo de cuentas argentinas en el exterior para que puedan cobrar bonistas que habían adquirido bonos Brody durante la década del ´90 y se vencieron en 2023.
Este grupo de bonista fue autorizado a embargar bienes soberanos argentinos en el exterior luego de que la Corte Suprema rechazara la apelación argentina. Estos activos están depositados en una cuenta del Banco Central de la República Argentina (BCRA) en la Reserva Federal de Nueva York y asociados a los bonos mencionados.
“Los acreedores pronto tomarán posesión de USD 310 millones depositados en cuentas de la Reserva Federal de Nueva York en los EE. UU., Alemania y Suiza. Esta es la segunda derrota de la República Argentina ante una Corte Suprema en los últimos 3 meses. En octubre, la Corte Suprema del Reino Unido falló en contra del país en el caso Cupón PBI”, escribió Sebastián Maril, de Latin Advisors, uno d ellos fondos de inversión beneficiados.
“Ahora los beneficiarios del fallo enviarán un pedido de embargo a la Jueza Loretta Preska para que ella lo autorice y esa autorización sea presentada en las mesas de entrada de la Reserva Federal de Nueva York, en las sucursales que tiene Nueva York, en la Alemania y no sé en qué parte de Suiza. Con eso ya tomarán posesión de los 310 millones de dólares, pero eso no cubre la totalidad del pago, que es cerca de 450 millones de dólares”, explicó Maril.
UN LITIGIO QUE TIENE HISTORIA
Este conflicto judicial lo lleva adelante un grupo de cinco o seis fondos, holdouts, que aún no cobraron una vieja la sentencia del juez Thomas Griesa. Como Argentina no pagó, en conjunto tienen 450 millones de dólares en demandas y en sentencias firmes. Habían pedido el embargo del colateral de los bonos Brady que Argentina aún tiene en la Reserva Federal de Nueva York, USD 250 millones; y en Basilea, unos 58 millones de euros.
La defensa argentina sostiene que estos activos son propiedad del Banco Central de la República Argentina y no del Estado, lo que los eximiría de ser utilizados para el pago de deudas soberanas, según la Ley de Inmunidades Soberanas Extranjeras de los Estados Unidos. Además, argumenta que los títulos en cuestión no pueden ser considerados como parte de una actividad comercial, otro elemento que, de acuerdo con la legislación internacional, debería garantizar su inmunidad frente a embargos.
La jueza Loretta Preska, sin embargo, rechazó estos argumentos. En su fallo de agosto de 2022, ratificado este año por la Corte de Apelaciones, sostuvo que los derechos de reversión asociados a los bonos Brady pertenecen al Estado argentino, no al BCRA. Además, argumentó que estos activos se utilizaron previamente en actividades comerciales, invalidando el reclamo de inmunidad.
¿QUÉ SON LOS BONOS BRADY?
El Plan Brady fue una estrategia adoptada entre 1989 y buena parte de la década de los ´90 para reestructurar la deuda contraída por los países en desarrollo con bancos comerciales y fondos de inversión y fue diseñado por Nicholas Brady, exsecretario del tesoro de Estados Unidos durante las presidencias de Ronald Reagan y George H. W. Bush.
El plan se basaba en operaciones de reducción de la deuda y el servicio de la deuda efectuadas voluntariamente en condiciones de mercado. Los esquemas de reducción de deuda se sustentaban en el hecho de que existía un exceso de deuda en las economías de los países en desarrollo que mermaba la posibilidad de inversión, por lo que la reducción en el saldo adeudado (extensión de los plazos junto con periodos de gracia) debería generar un cierto nivel de inversión productiva que se traduciría luego en un incremento de la capacidad de pago.
Argentina ingresó al Plan Brady y pudo emitir bonos en 1991.