Tras años de ocupar las veredas de La Plata con sus coloridos puestos, los manteros de esa comunidad africana finalmente decidieron aceptar la oferta del Municipio y dejar las calles. Este acuerdo, firmado con el intendente Julio Alak, busca poner fin a la venta ilegal en el espacio público. Sin embargo, esto deja una pregunta flotando en el aire: ¿Y ahora quién podrá ayudarnos? ¿Dónde compraremos esos anteojos baratos que vendían los senegaleses? Un problema cotidiano que más de un platense se estará preguntando.
El convenio alcanzado establece que los manteros, que en su mayoría operaban en los centros comerciales de Calle 8, Calle 12 y Diagonal 80, se mudarán a galerías y paseos de compras que el Municipio habilitó para tal fin. A partir del 30 de septiembre, estos vendedores de origen africano dejarán de ocupar las veredas del centro, cerrando una etapa que duró más de una década.
¿A DÓNDE VAN LOS VENDEDORES AMBULANTES?
Este proceso no fue fácil ni inmediato.
Si bien otros grupos de vendedores ambulantes ya habían aceptado su relocalización en etapas anteriores, los senegaleses fueron el último colectivo en adherirse.
Se trata de un grupo de aproximadamente 60 vendedores que, con la firma del acuerdo, accederán a locales en galerías que, hasta ahora, estaban vacíos. Otros, según se comenta, serán ubicados en paseos de compras a crearse, como el histórico predio de “El Ayuntamiento”, en la Avenida 1 entre 47 y 48, que reabriría sus puertas.
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Con la totalidad de los vendedores organizados habiendo firmado su adhesión, se estima que el programa del Municipio alcanzó a unas 900 personas que comercializaban de forma irregular en plazas y calles de La Plata.
Sin embargo, las autoridades municipales advierten que aquellos que no se sumen al programa antes de la fecha límite no podrán volver a armar sus puestos en la vía pública. Esto marca un cambio radical en el paisaje urbano de la ciudad.
El plan de reconversión, que forma parte de una política pública más amplia, no solo busca liberar las veredas de los manteros. También les ofrece alternativas productivas, como sumarse a cooperativas de barrido de calles o capacitarse en oficios.
Para los que decidan continuar en la venta, la relocalización en paseos de compras aparece como la opción más viable. Este modelo ya se aplicó en el Paseo de Compras Meridiano V, donde se reubicó a vendedores que anteriormente ocupaban plazas como San Martín, Italia y Rocha.
Más allá de las soluciones estructurales que ofrece el Municipio, queda un aire de nostalgia y preocupación entre los vecinos que veían en los manteros senegaleses una opción accesible y cercana.
SIN SENEGALESES LAS CALLES LUCIRÁN MÁS DESTEÑIDAS
¿Dónde comprarán ahora sus anteojos para leer o esos pequeños artículos que solían adquirir en un rápido intercambio en la vereda? Los vendedores ambulantes de origen senegalés no solo se ganaron un espacio en el centro de la ciudad, sino también en la vida cotidiana de los platenses.
Su presencia ofrecía una solución rápida y asequible para aquellos que buscaban productos básicos, como ropa o accesorios, sin tener que entrar a una tienda formal.
A medida que las calles se vacíen de manteros, la pregunta persiste: ¿habrá algún lugar que ofrezca precios tan competitivos como los de estos vendedores?
Para muchos, la respuesta no será tan fácil de encontrar. Mientras tanto, La Plata inicia un nuevo capítulo en su historia comercial, con la esperanza de que las galerías y paseos de compra puedan integrar y dar espacio a aquellos que hicieron del centro su lugar de trabajo.
Pero para los que están acostumbrados a esas compras cotidianas y de último momento, el reto será encontrar a esos vendedores de siempre en sus nuevos locales.
