Luciano Labat, uno de los oficiales del Servicio Penitenciario Bonaerense destituidos de la fuerza luego de la triple fuga de la cárcel de General Alvear, ocurrida el 27 de diciembre de 2015, fue el primer deponente de la grilla de testigos que declararon ayer en el juicio que se le sigue a los hermanos Cristian y Martín Lanatta y a Víctor Schillaci.
El exoficial se justificó al decir que hacía 10 meses que se había graduado y que en el sector de Sanidad del penal de General Alvear le tocó custodiar a los tres implicados.
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“Yo debía hacer el recuento en inferioridad numérica, recuerdo que el día del escape cuando estaba cumpliendo con la rutina sentí que me tomaron del cuello, me golpearon en el ojo y que tras perder el conocimiento unos minutos desperté amordazado y atado de pies y manos con trapos”, indicó ante las preguntas de la fiscal Silvina Langone.
Luego añadió que cuando despertó vio a Martín Lanatta portando un arma larga con silenciador que al final se enteró que resultó ser de plástico.
Labat recordó que las cámaras del seguridad del complejo dejaron de funcionar, al menos, dos meses antes de la fuga. Y cuando el juez Juan José Ruiz le preguntó: “¿A usted no le llamó la atención que estando solo estaba totalmente entregado y en inferioridad numérica con condenados?” El testigo aclaró que esas conclusiones las sacó luego de ocurridos los lamentables hechos.
“Los jefes que teníamos trataban mejor a los imputados que a nosotros, a ellos los saludaban con un beso pero a nosotros no”, agregó ante el magistrado, quien le repreguntó: “¿En la academia les enseñan eso?” “No”, respondió el joven testigo.
“Los directores de las guardias pasaban hasta 20 minutos tomando mate con los Lanatta”, contó Labat.
Por último, dijo que Manuel Guevara, director del penal, le pidió explicaciones tras el escape: “me responsabilizó de la huida”.
Ayer también declaró otro de los penitenciarios desplazados tras la fuga: Ramiro Sebastián Toleres. Dijo que dos meses antes del escape vio cómo personal de guardia fue trasladado o reasignado de sector y que los Lanatta y Schillaci lo atacaron golpeándolo y maniatándolo para huir.
Su trabajo era el de ocupar una garita de control desde la cual se vigilaba el ingreso de vehículos al establecimiento carcelario.
También habló la oficial Raquel Delia Godoy, una alcaide que en 2015 tenía 16 años en funciones y que por la fuga fue sancionada con 15 días de suspensión.
Godoy dijo que a la 1.45 de la madrugada llegó a la guardia a relevar a su jefe de apellido Tolosa y que eso no era nada habitual. Luego fue abordada por los Lanatta y por Schillaci: “me dijeron que no me iban a hacer nada y que debía colaborar con ellos, agregaron que habían tomado el control central y que el penal estaba tomado. Martín Lanatta dijo que los iba a levantar un helicóptero para irse de ahí y me apoyó un arma. Me ataron y me dejaron en el baño amordazada”.
El juicio continuará hoy en el Tribunal Oral Criminal n° 1 de La Plata desde las 10 con la declaración de Martín Lanatta. Su relato había sido interrumpido el lunes luego de que adujo “problemas de sueño”.
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