El “Chalet de Villa General Arias” es un opulento castillo que descansa olvidado en el tiempo a la vera de la Ruta Nacional N° 229, en la localidad de Villa General Arias, partido de Coronel Rosales, al sur de la provincia de Buenos Aires. El sitio se encuentra abandonado desde hace varios años. Conocé su historia.
La vivienda fue construida entre 1912 y 1925 y perteneció al Dr. Ramón Ayala Torales, primer médico de Villa General Arias y político radical nacido en Buenos aires en 1881 y fallecido en Punta Alta en 1947. En 1928, durante un corto periodo, Ayala Torales fue intendente de Bahía Blanca, tras la renuncia de Eduardo González. A su vez, fue diputado de la provincia de Buenos Aires y se desempeñó en distintos cargos.
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Ayala Torales construyó el chalet con el fin de pasar los fines de semana allí, hacer fiestas familiares y encontrarse con sus amigos. También se estima que aquel lugar fue testigo de numerosas reuniones de Ayala Torales junto a otros dirigentes políticos de la época, entre ellos, Ricardo Balbín.
El “castillo” se encuentra emplazado en un campo de una hectárea de extensión, que forma parte de un predio de 400 hectáreas llega hasta la costa, donde sus visitantes cazaban y realizaban cabalgatas.
En un primer momento, Ayala Torales planteó el proyecto de una casa, que años después fue arrasada por un temporal. Tras ello, decide construir nuevamente el chalet que se conoce en la actualidad.
El edificio de estilo colonial cuenta con tres plantas y numerosos ambientes en su interior. Se cree que la tercera planta jamás se terminó de construir. Desde la Ruta Nacional N° 229 se puede observar la parte posterior del chalet, mientras que su frente da hacia el interior de Villa General Arias.
El mismo Ayala realizó murales con los rostros de sus familiares, amigos y hasta de una empleada, los cuales fueron restaurados en 1978 por el artista plástico Hernán Silva. Sin embargo, en el presente, denotan signos de deterioro por el paso del tiempo.
Asimismo, la vivienda cuenta con numerosos ornamentos de estilo criollista como lujosos muebles y vitrinas importadas. A su vez, la casona cuenta con vitrales, imágenes vinculadas a la vida campestre y al Quijote de La Mancha, y angelitos de yeso en la mampostería.
Además, cuenta con siete fogones, uno de ellos con tres bocas, revestidos en antiguos azulejos y mármol de Carrara. También, al costado del edificio se encuentra una caballeriza.
El abandono y los misterios del Castillo
A pesar de hoy verse como un lugar temeroso, jamás circularon rumores acerca de fantasmas o espíritus. Pero si siempre ha recorrido por la memoria popular algunos secretos que escondería esta vivienda.
Uno de ellos es que el chalet tenía una especie de calabozo, una habitación muy pequeña con un banco de cemento, que se utilizaba para encerrar a los visitantes que se pudieran embriagar durante las fiestas que se realizaban en el lugar.
Otro es un sótano que tendría un pasadizo que conectaba con el mar y sería vehículo para actividades vinculadas al contrabando. Sin embargo, nunca se comprobaron ninguno de estos mitos.
Asimismo, se ha dicho que el mirador, ubicado en la parte más alta, era utilizado para avistar desde lejos el ataque de indios malones, lo cual es imposible ya que la vivienda fue construida con posterioridad a estos hechos.
La casona quedó en manos de la familia Ayala Torales hasta 1978, quienes no habrían podido sostener económicamente el sitio. Luego, fueron varios los propietarios que tuvo este magnífico lugar que intentaron llevar a cabo distintos emprendimientos como una casa de té, un geriátrico y hasta un boliche bailable. Sin embargo, ninguno funcionó. En el presente, el “castillo” pertenece a Lisandro Mauricio Sejas, dirigente político local.
Los habitantes de Villa General Arias ven con nostalgia la posibilidad de la reconstrucción de este sitio emblemático para su identidad. A pesar de ello, los costos serían altísimos, lo cual aleja la posibilidad de volver a ver el “Castillo” brillar como en sus mejores épocas.
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