La escena se dio en el estadio Madre de Ciudades, en Santiago del Estero, durante la final que enfrentó a Estudiantes y Racing. Juan Sebastián Verón siguió el partido desde la platea y, en medio del clima de partido decisivo, fue ovacionado por los hinchas desde distintos sectores del estadio.
La Bruja llegó acompañado por su esposa, Valentina Marín, y un grupo de amigos. Ocupó la fila cinco de la zona de plateas, se sacó fotos con los hinchas y vivió diversas ovaciones, como el mascarón de proa del club que se reveló ante el poder de la AFA.
El reconocimiento no fue casual. La presencia del presidente de Estudiantes se dio luego de la sanción impuesta por la AFA tras el recordado “pasillo gate”, situación que le impidió a Verón ocupar su lugar habitual en el campo de juego junto a la delegación. Aun así, el ídolo albirrojo dijo presente y acompañó al equipo desde otro lugar.
Apenas fue identificado por los hinchas, comenzaron los aplausos y los cánticos dedicados al máximo referente dirigencial del Pincha. Verón respondió con gestos de agradecimiento, visiblemente emocionado por el respaldo recibido en un contexto especial y lejos de La Plata.

La ovación reforzó la figura de Verón como símbolo del club, no solo por su pasado como jugador sino también por su rol actual como presidente. En una final cargada de tensión y emociones, el reconocimiento del público dejó en claro que su liderazgo trasciende sanciones y circunstancias, y que su vínculo con la gente de Estudiantes sigue más vigente que nunca.

