La verdad es que merecía un reconocimiento semejante. Para los creyentes en el catolicismo tal vez sea mucho, pero la realidad es que es una muestra de lo que significa Nelson Insfrán para los hinchas de Gimnasia.
El arquero fue el gestor de la importantísima victoria en Junín, en la que detuvo un penal y tuvo, además, un par de muy buenas atajadas. Desde sus manos llegó la tranquilidad que el equipo precisaba para sacar adelante un partido de poco vuelo futbolístico.
Acaso por eso a alguien se le ocurrió llamarlo San Nelson. Y de a poco los fieles albiazules comenzaron a creer en el Mono como algo más que un arquero. Por mantener al equipo en Primera hace dos años en el desempate con Colón y por sus enormes atajadas de ahí en adelante. Y algún otro fanático habrá dicho, “¿por qué no ir más allá?” y armó una estampita modo vaticano para trasformar a Nelsón Insfrán en el patrono de todos los triperos.
Insfran y una semana difícil
Cosas del fútbol que le dicen. Justo en su semana más compleja, el arquero de Gimnasia, Nelson Insfrán, detuvo un penal y tuvo atajadas como para dejar en claro que él es el dueño del puesto.
El Mono estuvo en duda durante la semana por los cambios de Orfila. El propio deté lo puso en duda con sus decisiones. Recién a un par de días del partido el panorama se aclaró un poco y se confirmó que el Mono iba a atajar.
Y vaya si atajó. El Uno fue clave para sostener la ventaja en Junín. Primero tras tapar un misil a Morales en el inicio de la segunda parte y después al contener un penal insólito que cometió el capitán Suso (otro más, y van…).
La cuestión es que el Mono fue a su izquierda para detener el penal ejecutado por el chileno Morales que fue muy esquinado, pero sin tanta violencia, lo que le permitió al arquero detener el remate.