Luego de sufrir dos derrotas consecutivas que pusieron en duda el presente del equipo, Gimnasia volvió al triunfo en el Bosque en un partido que tuvo de todo. Si bien no fue el mejor futbolísticamente hablando, el Lobo se agazapó en la sombra y defendió la ventaja obtenida. Así, sumó tres puntos cruciales pensando en la tabla anual y ganó algo de aire.
Ya en el primer tiempo el Lobo mostró otro ímpetu. El equipo de Orfila buscó ser protagonista desde el inicio del partido, presionando bien alto la salida del Decano. Durante ese tramo del partido, el Lobo estuvo firme en el fondo y movedizo en ataque, generando peligro y dejando mano a mano al Chelo Torres, que increíblemente se perdió el primero.
Curiosamente, el bajón de Gimnasia llegó de la mano de la expulsión del Loco Díaz, que le metió un puñetazo a Suso y se fue bien expulsado a los 27 minutos de partido. El Lobo no supo hacer valer inmediatamente el hombre demás y atravesó momentos de dudas e incertidumbre, siendo superado por momentos por la entrega y el sacrificio del visitante.
En el complemento, Orfila volcó aún más el equipo en ataque -ingresó Merlini por Garayalde en el entretiempo- y ahí sí Gimnasia se hizo cargo de la ventaja deportiva y fue más que el Decano, llegando a plasmarlo en el marcador a los 9 minutos de la segunda mitad, gracias al gol en contra de Damián Martínez.
Con la obligación de salir en búsqueda del empate, el equipo tucumano se animó a más y por momentos incomodó mucho a la defensa del Lobo. Y en el mejor momento de la visita, cuando parecía que a Gimnasia le costaba cada vez más sostener el 1-0, llegó el corte de luz que demoró el partido más de 22 minutos.
Entre sombras y algo de oscuridad, y con el desarrollo del juego desvirtuado, Gimnasia y Atlético Tucumán terminaron de jugar el partido y finalmente fue victoria para los de Orfila. Una victoria que se hizo esquiva en los últimos dos partidos, pero que llegó en el momento justo, teniendo en cuenta que una vez más los rivales directos del Lobo no ganaron y que no podía volver a dejar pasar otra chance de escaparse del fondo.
