El problema en el sistema de iluminación del Juan Carmelo Zerillo que derivó en la la decisión de Pablo Dóvalo de frenar el partido entre Gimnasia y Atlético Tucumán desató el enojo de Lucas Pusineri: el entrenador visitante, hablando mano a mano con el árbitro, deslizó su sospecha por el apagón.
Justo después de que Dóvalo reviera su decisión de dar por suspendido el encuentro a los 28 minutos del segundo tiempo (con Gimnasia ya ganando 1-0), Pusineri lo encaró. “Despues que me dijeron cinco veces que no venia, ahora me dicen que vuelve”, le explicó al juez el árbitro. Y fue ahí cuando el deté del Decano soltó: “El equipo mío llego tres veces y apagaron las luces”.
La sospecha del técnico de ATU pareció evidente: que adrede GELP habría interrumpido el suministro eléctrico para evitar el empate, descreyendo de lo ocurrido (un problema en el tablero de distribución que afectó a que la cancha quedara iluminada completamente).
Finalmente, con sólo un porcentaje de los focos LED encendidos, el encuentro siguió. Aunque la bronca del entrenador quedó en evidencia,.