Matías Melluso no vivió días fáciles la semana pasada cuando llegó a Austria para sumar al Pafos de Chipre, donde el club estaba realizando la pretemporada. Una lesión puso en duda su salida de Gimnasia y puso en peligro su llegada al viejo continente.
Finalmente, las diferencias quedaron de lado y el defensor surgido de las divisiones juveniles Triperas se despidió del club de sus amores antes de emprender un nuevo desafío.
Repasando su vida dentro de Gimnasia, sus emociones como hincha, recordando a su mamá recién fallecida y con muchos recuerdos, Matías Melluso se despidió y dejó un mensaje a futuro.
La despedida de Matías Melluso de Gimnasia
“Nací y era del Lobo. Mi papá y mis hermanos me enseñaron a querer esta camiseta antes de que empezara a caminar. Tenía apenas cuatro años y medio cuando entrené por primera vez en el Bosquecito. Llegué y estaba sólo el técnico. Después aparecieron un par de compañeros y nos empezamos a pasar la pelota. Y me fui más. ¿En qué otro lugar iba a ser así de feliz?
Gimnasia me enseñó qué significa el compañerismo, por qué tiene sentido no bajar nunca los brazos y de qué se trata eso de no abandonar. Pateé tribunas, alenté de local y de visitante, y en ese sello tan nuestro, fui más hincha que nunca en las malas. Lloré y me reí, me abracé y descubrí que quería para mi vida caminando al lado y adentro del club al que le debo todo. Ustedes saben bien como yo de que estoy hablando.
Siempre imaginé ser jugador de Gimnasia. Cuentan que, ya de chiquito, era lo único que me importaba. Me acuerdo el orgullo que me dio viajar a España a representar estos colores. Inflábamos el pecho porque era Europa mirando nuestro hermoso escudo. Lo de debutar en primera fue un sueño dentro de un sueño. No se me escapó ningún detalle: los nervios, el miedo, la ansiedad, la emoción. Fue todo. O un poco más que todo.
Ahora me toca decirles hasta luego, hasta la próxima, hasta dentro de un rato. Me voy en búsqueda de nuevos desafíos con la tranquilidad de haber entregado lo máximo desde aquella tarde en el Bosquecito. Les agradezco a ustedes, los hinchas, por tanto amor. Le agradezco a la gente que, a lo largo de estos años, hizo posible que mi sueña se hiciera realidad. En especial, a mi familia. Muy en especial, a vos, mami (que, aunque no hayas sido hincha del Lobo, sufriste y alentaste como una más de nosotros).
Nací de Gimnasia, crecí de Gimnasia y voy a ser toda la vida de Gimnasia. Y eso es algo que no cambiaría por nada del mundo. Los abrazo con el corazón”.


