El Bosque no es el bosque de La Plata. Está allí, sí. Ahí se ubica. Es su hábitat. Pero la referencia a “El Bosque”, cuando se habla de él, es ineludible: se trata del estadio Juan Carmelo Zerillo, la emblemática cancha de Gimnasia, el alma del Lobo, la que refleja el máximo sentido de pertenencia del pueblo tripero, la que tiene una riquísima historia que este sábado cumple 101 años.
Sí, el estadio del Bosque celebra un nuevo año de vida. Y el club lo va a festejar con todo, con diferentes actividades para sus hinchas, que allí se sienten en el mejor lugar del mundo. Es su orgullo. Sí, no hay otro lugar de la tierra que haga más feliz a la gente de Gimnasia. Por eso, cualquier encuentro ahí genera entusiasmo, ilusión, pasión, amor por los colores.
Luego de idas y venidas por distintos terrenos de la ciudad, buscando un espacio donde poder jugar al fútbol, Gimnasia encontró en el estadio de Bosque su lugar de máxima pertenencia, que conseguiría inaugurar en 1924 y que años más tarde recibiría el nombre de Juan Carmelo Zerillo, ex presidente del club.
Así llegó a 60 y 118
Fundada el 3 de junio de 1887, fue recién en 1901 que la institución abriría paso al fútbol, utilizando un espacio cedido en la Plaza de Juegos Atléticos donde estuvo hasta 1905, año en el que, después de afiliarse a la vieja AFA, por distintas circunstancias se alejó de la disciplina. Esa pausa se mantendría hasta 1915, cuando retornó a la práctica en terrenos del ferrocarril situados en 13 y 71.
A partir de aquel momento, la dirigencia del Lobo se focalizó en construir su propia cancha en un predio del Bosque platense, más precisamente en 60 y 118. El 31 de enero, el Ejecutivo Provincial entregó por decreto un terreno de 40.350 metros cuadrados, con una cancha proyectada de 108 por 74 metros.
Menos de un mes después, el 22 de febrero, el club inició los trabajos de construcción bajo la presidencia del Dr. Horacio Casco. En total el presupuesto de la época dio cuenta de una cifra total de 80.000 pesos para llevar adelante esa obra, que hoy es un símbolo del club.
Todo esto culminarían con la inauguración de su estadio el 26 de abril de 1924, razón por la cual este sábado se cumplen 101 años.
La inauguración oficial
El primer partido en el flamante estadio de Gimnasia sería un día después de su inauguración, el 27 de abril, cuando el Lobo enfrentó a Estudiantil Porteño con victoria local por 3-0, por la fecha 4 del campeonato de Primera División. El público colmó la cancha, con una asistencia espectacular.
El Lobo llegaba con dos triunfos (2-0 ante Ferro y 4-0 frente a Lanús) y un empate (1-1 con Estudiantes de Caseros), mientras que su rival no había ganado. En el Bosque tampoco lo haría, a pesar de que sobre el final del primer tiempo tuvo un penal a favor.
Pero Felipe Scarpone, arquero del Lobo, se le atajó a Ernesto Matozzi y posibilitó que el primer gol en el estadio sea de Gimnasia: en el inicio del complemento José Caldera facturó por duplicado, y a diez minutos del final el debutante Luis Rimassa sentenció el resultado.
Fue años más tarde que se daría homenaje a Juan Carmelo Zerillo, presidente del club entre 1929-1932, poniéndole su nombre al estadio.
La ficha de aquel primer partido en el Bosque
Gimnasia 3: Felipe SCARPONE; Juan GALLI e Ignacio BULLA; Raúl FELICES, Roberto FELICES y Oscar ALUSTIZA; Miguel CURELL, Pedro DAGLLOLO, José CALDERA, Luis RIMASSA e Ismael MORGADA.
Estudiantil Porteño 0: José BOLGUÉS; Delio VALSANGIÁCOMO y Américo BIANCHI; Ernesto MATOZZI, Patricio PALMER y Edmundo VALLI; Juan CAUTERE, Pedro DE SARASQUETA, Carlos ANTRAYGUES, Eugenio GOIN y Luis GIANELLA.
Goles: ST: 2’ y 4’ Caldera (G), y 35’ Rimassa (G).
Estadio: 60 y 118.