Un momento especial se vivió en la previa al encuentro entre Tigre y Estudiantes. La dirigencia del Pincha, con Martín Gorostegui a la cabeza, le entregó a Ignacio Russo, delantero del Matador e hijo de Miguel Ángel Russo, una remera del club firmada por el plantel con el número 6 que utilizó su papá durante toda su carrera.
El lazo que Miguelo formó con Estudiantes durante sus 14 temporadas como jugador y sus dos ciclos como entrenador fue tal que lo trasladó a sus hijos y familiares, que al igual que él tomaron un cariño particular por el club. Nacho, con apenas 24 años y toda una carrera por delante, ya expresó el deseo de jugar en el Pincha.
Lo hizo luego del fallecimiento de Miguel, como una suerte de homenaje más de los tantos que recibió el querido y emblemático entrenador, quien dejó su huella en el fútbol argentino como así lo busca hacer su hijo. Hoy defiende los colores de Tigre, donde lleva 5 tantos en el Clausura y busca, como Estudiantes, un lugar en los playoffs y en la Sudamericana 2026.
Nacho Russo comenzó a dar sus primeros pasos en el fútbol en Gimnasia y Esgrima de Rosario, donde empezó a formarse como ariete. Luego pasó a ADIUR hasta que en 2016 se sumó a las Inferiores de Rosario Central.
El 4 de diciembre de 2020 llegó su debut oficial: ingresó en los últimos minutos del empate frente a Banfield, en reemplazo de Alan Bonansea. Ese día marcó el inicio de su trayectoria profesional. Posteriormente fue cedido a Chacarita Juniors en enero de 2022, donde disputó una temporada en la Primera Nacional, en tanto que en 2023 se unió a Patronato de Paraná, también a préstamo desde Rosario Central.


