El clásico rosarino tuvo un protagonista indiscutido: Ángel Di María. El capitán de Rosario Central convirtió un golazo de tiro libre que selló el triunfo por 1 a 0 frente a Newell’s y desató la fiesta en el Gigante de Arroyito.
El encuentro fue parejo, con mucha fricción y pocas situaciones de peligro, pero a falta de pocos minutos apareció la zurda mágica de Fideo. Desde la puerta del área, ejecutó un tiro libre perfecto al ángulo, imposible para el arquero leproso, que nada pudo hacer para evitar el 1 a 0.
El grito de gol fue un desahogo para los hinchas canallas, que celebraron con euforia el tanto de uno de sus máximos ídolos. Di María, con 37 años, volvió a demostrar toda su jerarquía y su amor por la camiseta de Central, en un partido que quedará grabado en la memoria de los fanáticos.
Este triunfo no solo significa tres puntos fundamentales en la tabla, sino que también refuerza la historia de Di María como emblema de Rosario Central. Ganar el clásico con un golazo suyo es un sueño cumplido para miles de canallas que lo vieron brillar una vez más en el estadio que lo vio nacer.
Con esta victoria, Rosario Central festeja un clásico inolvidable y Di María se consolida como leyenda viva del fútbol argentino.