El clima viene jugando su partido en la producción agropecuaria pampeana y en plena siembra gruesa (soja, maíz y girasol), los productores estaban preocupados mirando al cielo, esperando lluvias que les permitieran poner otra vez en marcha los tractores. El alivio finalmente, aunque de manera parcial, finalmente llegó.
De acuerdo a la entidad rosarina, después de 150 días de tormentas que insinuaban pero no daban agua, finalmente llegaron las primeras lluvias de importancia en La Pampa y centro y oeste de la provincia de Buenos Aires. El primer frente que produjo precipitaciones benefició a la franja central de Buenos Aires, sur de Santa Fe, suroeste de Entre Ríos y norte de Córdoba. Por su parte, en La Pampa se registraron acumulados de 30 a 40 milímetros.
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Desde la BCR explicaron que “para reponer las reservas de los suelos en las áreas más necesitadas hacían falta 150 mm. y solo recibieron 30 a 50 mm. en los últimos cinco días por lo que no alcanzan para revertir el escenario”.
Para esta época, la siembra de soja en La Pampa suele cubrir casi la mitad de la superficie intencionada; sin embargo, en este año no había arrancado por la falta de agua. Más allá de este hecho puntual, aclararon que “si estas lluvias no se hubieran producido, los cultivos de maíz y soja hubiesen quedado sin posibilidades productivas ”.
En el caso del maíz y de acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, las reservas hídricas en el oeste de las provincias de Córdoba y Buenos Aires son regulares, mientras que a nivel nacional se sembraron cerca del 50% del total de la superficie proyectada, que asciende a 6,3 millones de hectáreas.
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