Una escena tan insólita como irresistible se está viralizando en las redes sociales: en el andén de la estación de trenes de Longchamps, dos agentes de la Policía Federal Argentina frenaron a un sujeto para un control de rutina.
Lo curioso no fue el operativo en sí, sino el sujeto en cuestión: el mismísimo Spiderman, o al menos un joven vestido como el Hombre Araña, completamente caracterizado con su traje rojo y azul.
La imagen lo dice todo: el superhéroe de los cómics frente a dos oficiales que, sin soltura ni guiños a la fantasía, le exigen documentos. Spiderman, obediente y algo resignado, mantiene la postura erguida mientras escucha atentamente. El cartel sobre su cabeza, que indica “Salida por rampa”, no hizo más que añadirle poesía a una postal urbana tan bizarra como del Conurbano.
En cuestión de horas, la foto fue compartida miles de veces en redes sociales y generó una catarata de comentarios desopilantes, mezcla de humor, ironía y crítica social. “Ni Peter Parker se salva de la caza de brujas libertaria”, escribió un usuario, aludiendo con sarcasmo al clima represivo que todos señalan en la actual gestión de gobierno. Otro remató: “Le pidieron el registro de lanzar telarañas”, mientras un tercero se preguntaba “¿tenía permiso para trepar edificios o ya lo tildaron de usurpador?”
La creatividad colectiva no se hizo esperar. “Seguramente lo pararon por portación de mallas ajustadas”, bromeó alguien en X. “Capaz pensaron que era un mantero o un trapito de otro multiverso”, acotó otro.
Pero entre los chistes también aparecieron comentarios que, desde el humor, señalaron cierta lógica de sospecha aplicada incluso al absurdo. “Esto con Batman no pasaba, ¿viste? Los chetos tienen coronita”, ironizó una usuaria.
Y hubo quien filosofó: “A los héroes populares los bajan de un hondazo. Spiderman vendía pochoclo en la plaza y ahora lo tratan como delincuente.”
El episodio, que seguramente en otra parte del mundo sería parte de una activación publicitaria o una puesta artística, acá funcionó como espejo de una cotidianeidad que se vuelve cada vez más surrealista. No faltó quien lo conectara con la crisis económica: “Hasta los superhéroes tienen que laburar en la calle para sobrevivir”.
Aunque no hubo informes oficiales sobre la identidad del joven ni sobre el motivo concreto del control, la foto bastó para instalar otra postal del país de lo insólito.
Entre las risas, las quejas y los memes, el Hombre Araña de Longchamps se convirtió en el nuevo antihéroe del conurbano: un símbolo tan ridículo como entrañable de un tiempo en el que hasta los superpoderes tienen que rendir cuentas.
Y mientras la foto sigue girando por internet, uno no puede evitar preguntarse: ¿qué habría dicho el Tío Ben si veía esto? Probablemente lo mismo que todos: “Un gran poder conlleva… tener los documentos al día”.