“No todos los héroes tienen capa”, dice la célebre frase y no hay dudas que Luciano es uno. El vecino de San Francisco Solano tiró la casa por la ventana y celebró los ocho años de su carnicería con todo: hizo un asado para 500 invitados, todos ellos sus vecinos del barrio.
El propietario de “Carnicería y Fiambrería El Buen Sabor”, comercio situado en 895 entre Avenida 844 y 845, necesitó tres costillares, 14 lomos, 7 bifes de chorizo, 4 carrés deshuesados, 240 chorizos y unos cuantos kilos de lomo de cerdo para realizar esta celebración barrial. A su vez, utilizó 90 kilos de pan para armar 1.500 sándwiches.
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Los vecinos se agolparon en las calles expectantes por el gran festín, donde también pudieron participar de distintos sorteos, en los cuales se entregaron costillares, cajones de pollo, pechitos de cerdo, entre otros productos de origen animal. Tampoco faltó la música y algunos espectáculos artisticos.
“Queríamos agradecer a la gente que nos acompaña día a día en estos ocho años”, contó Luciano en diálogo con Canal Trece. “Desde el primer año que estamos hacemos sorteos masivos. Pedimos permiso a la municipalidad que nos cierran la calle y se convoca por redes y contándole al cliente todos los días que va a pasar”, agregó.
“La gente no cree que es gratis porque nadie regala nada. Pero nosotros si, porque es devolver algo de todo lo que la gente nos da los 363 días del año, que es lo que trabajamos”, agradeció el carnicero.
El agradecimiento es recíproco. Una vecina contó que cuando su marido se quedó sin trabajo durante la pandemia y le pidió a Luciano que le vendiera sebo para hacer comida, venderla y darle de comer a su familia. A partir de ese momento, entablaron una relación entrañable con el carnicero, a quien define como una persona muy amable.
Otra clienta dijo que se esperaba el semejante festejo viniendo de parte de Luciano porque “tiene muy buen corazón, es muy buena persona y siempre da lo mejor”. Además, el alma solidaria del comerciante no se agota en su vínculo con los clientes, sino que también colabora con tres comedores del barrio.
Durante la pandemia sufrió un momento muy duro cuando no pudo abrir el local por los contagios de sus empleados y casi cae en la quiebra. Anteriormente, en 2017, fue víctima de un robo que también hizo tambalear la continuidad del comercio.
Tras todas aquellas vivencias, y a pesar del duro momento que se vive actualmente, Luciano no dudó y le brindó lo mejor a sus queridos vecinos con una fiesta que quedará marcada a fuego en la historia del barrio.
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