Devenido en “cristinista” a ultranza, Slezack está afianzado como el candidato oficialista, tras ocho años de mandato. Sin embargo, deberá hacer frente a otros dos postulantes del propio oficialismo.
En primer lugar, deberá quitar del camino a Juan Ignacio Mincarelli, un empleado del ministerio del Interior de la Nación que encabeza Florencio Randazzo.
Según pudo saber este medio, desde ese espacio se está intentando correr a Slezack de la pelea por la intendencia de una manera elegante: se hizo circular, deliberado, que cuenta con el apoyo de algunos intendentes de la Tercera Sección si se decide a revivir su viejo anhelo de obtener una banca de senador bonaerense.
Pero Slezack ya hizo públicas sus intenciones este año de renovar su mandato como intendente por segunda vez consecutiva y para eso sí cuenta con el apoyo de importantes pares de la Sección, como el jefe comunal de Florencio Varela, Julio Pereyra, que además es titular de la Federación Argentina de Municipios (FAM).
En segundo lugar, Berisso tendría a otro candidato con intenciones, aunque todavía ocultas, y que, en parte, pertenece al oficialismo. Se trata del dirigente Roberto Lara, que está encuadrado en el Frente Renovador Peronista, el sello provincial del intendente platense, Pablo Bruera, que no oculta sus intenciones de suceder a Daniel Scioli en la gobernación bonaerense.
Mientras ensaya gestos de acercamiento con el kirchnerismo, Bruera mantiene la estrategia de seguir posicionándose para las provinciales, estrategia en la que ‘riega’ referentes de su espacio, con pretensiones electorales, en diferentes distritos. Incluso aquellos gobernados por el kirchnerismo.
De máxima, el platense proyecta desembarcar con alfil propio en otras comunas para hacer crecer su presencia de cara al próximo turno, en 2015, cuando planea consolidar su postulación provincial. De mínima –y más terrenal- se conforma con sembrar concejales en los deliberantes vecinos para tener ‘ingerencia’ en las discusiones políticas de sus pares.