La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, no cede en su postura de defender a las fuerzas de seguridad que protagonizan hechos por lo menos polémicos y que rozan con la violación de los Derechos Humanos.
Tras protagonizar una abierta defensa hacia el policía Luis Chocobar –quien ahora deberá afrontar un juicio oral por el asesinato por la espalda de un joven en La Boca-, la ministra volvió a reunirse con una oficial que en diciembre de 2016 abatió a un delincuente que se encontraba desarmado.
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La postura de Bullrich, además de inflexible a las críticas de gran parte de la oposición, de organismos de Derechos Humanos e incluso de sectores que integran Cambiemos- se vuelve aún más temeraria si se tiene en cuenta su activa protección hacia los gendarmes que reprimieron en la comunidad mapuche y en la que desapareció Santiago Maldonado.
Lo mismo hizo con los prefectos que asesinaron por la espalda al joven mapuche Rafael Nahuel, pese a que la autopsia ya dictaminó que recibió balazos por la espalda por parte de las fuerzas, al tiempo que el mismo no se encontraba armado según la pericia.
Así y todo, la ministra Bullrich se reunió con Carla Céspedes (24), la joven policía que hace poco fue absuelta en un juicio oral por haber matado a un joven que escapaba de un asalto en un supermercado chino en la zona de Parque Centenario, Capital Federal.
En la filmación se puede ver claramente como Céspedes disparó tres veces hacia uno de los delincuentes -Héctor Walter Corroncini (34)-, quien en ese momento buscaba escapar con su moto.
La uniformada había entrado en nerviosismo cuando uno de ellos la identificó como policía y le gritó a su compañero: “matala a esa hija de puta”.
Los disparos de Céspedes acabaron con la vida de Corroncini, pese a que este se encontraba desarmado y quería escapar.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 14, en fallo dividido, consideró que la oficial había actuado bien y la liberó.
“Yo actué bien, no entiendo por qué estoy aquí. Sólo espero que esto se termine para volver a cumplir con mis funciones”, había dicho Céspedes frente a los jueces.
Además de Céspedes, la ministra invitó al gendarme Arsenio Narvay, quien en agosto de 2017 disparó a dos ladrones que lo estaban asaltando en Rincón de Milberg. Uno de ellos murió.
En medio de esta polémica, la ministra Bullrich volvió a remarcar su postura a favor de la mano dura o el “gatillo fácil”. Un flagelo que convive en las fuerzas de seguridad y deja un saldo de al menos un muerto cada 48 horas, según estimó la Coordinadora contra la Violencia Institucional (CORREPI).
Además de esto, la ministra no le pudo esquivar a la lluvia de críticas luego de que la semana pasada asumiera que “cualquiera” que “desee” pueda “armarse” en el marco de los casos de inseguridad que existen en varios puntos del país.
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