El martes por la noche, en el programa de Diego Sehinkman por TN, el ministro de Desregulación del Estado, Federico Sturzenegger, intentó explicar los supuestos logros del ajuste impulsado por el gobierno de Javier Milei. Habló de la “motosierra” como símbolo de gestión, de los “12 millones de argentinos por encima de la línea de pobreza” y de la “racionalización” del gasto. Pero el momento más recordado de la entrevista no fue su exposición, sino lo que vino después: el silencio.
“Fracasó con tres gobiernos distintos”
En el mismo estudio esperaba su turno el primer candidato a senador por CABA de Fuerza Patria, Mariano Recalde, quien, cuando le llegó el turno de hablar, no escondió su fastidio: “Me mordía la lengua para no hablar y respetar las reglas del programa, porque no era un debate”, aclaró antes de lanzar la frase que marcaría la noche. “Me asombra muchísimo que la Argentina vuelva a tener como ministro a una persona que ya fracasó tres veces con tres gobiernos distintos. Fracasó con De la Rúa y no terminó preso con el megacanje porque la Corte Suprema lo salvó; fracasó con Macri y fracasó con Milei”.
El candidato peronista no se detuvo ahí: “Ya este modelo económico está fracasado. No bajaron el gasto, recortaron la inversión social. Las rutas están destruidas, recortaron jubilaciones, presupuesto para hospitales y universidades. Con todo ese ajuste sobre la gente, el modelo no les cierra y van a tener que responder en la Justicia por esto”.
El clima en el estudio se tensó. Sturzenegger, que hasta ese momento miraba su celular con calma, pareció ajeno al vendaval que se avecinaba.
“Como en el póker: pasa o juega”
El conductor, en tono casi lúdico, lo invitó a responder: “Como en el póker: pasa o juega. ¿Responde o no?”, lo apuró Sehinkman. La cámara lo enfocó: mano en la cara, un dedo sobre la boca, mirada fija. El ministro no emitió sonido alguno.
Recalde aprovechó la escena con una frase tan vieja como efectiva: “El que calla, otorga”. La frase resonó en el estudio y en las redes sociales, que inmediatamente se hicieron eco del incómodo silencio.
Cuando el periodista insistió para ofrecerle una réplica o al menos una aclaración, Sturzenegger respondió con un tono seco: “No sé, yo termino lo mío y me retiro”.
Así concluyó un momento televisivo que dejó a un ministro mudo y a un opositor con la última palabra.
Entre las piedras y los silencios
Sturzenegger había intentado, unos minutos antes, dejar una imagen épica del gobierno libertario: “La representación del kirchnerismo es la piedra, en dos fases: el ‘kuka tira piedras’ y las piedras que le pone en el camino a la producción”, había dicho. Pero, ironías del destino, fue su propio silencio el que se transformó en piedra: pesada, visible y difícil de sortear.
La política argentina está llena de frases altisonantes, pero a veces lo más revelador no es lo que se dice sino lo que se calla. Y anoche, entre luces de estudio y cámaras encendidas, Sturzenegger eligió callar. O acaso, sin quererlo, eligió confirmar.