Luis Majul dedicó un segmento de su programa en la señal de noticias del diario La Nación a denunciar que la provincia de Buenos Aires estaría aplicando “mecanismos nuevos de recaudación” para cobrar impuestos de manera encubierta, a pesar de que el gobernador Axel Kicillof afirmó que no habría aumentos tributarios.
El argumento central se apoyó en la captura de una transferencia bancaria en la que se aplicó una retención por Ingresos Brutos. Sobre ese ejemplo aislado se construyó la afirmación de que “la provincia está inventando formas nuevas de cobrar“.
“El estado provincial dice que no cobra más, que no va a subir los impuestos, pero lo que hace es armar mecanismos para cobrarle a gente que antes no le cobraba impuestos“, dijo su columnista “investigadora”.
FAKE NEWS RECICLADA
Sin embargo, el mecanismo mostrado en televisión no es nuevo ni excepcional. Se trata del régimen de retenciones bancarias SIRCREB, vigente desde hace más de quince años y utilizado por gobiernos de distintos signos políticos.
Es un sistema que anticipa el pago del impuesto sobre los Ingresos Brutos, que es la principal fuente de recaudación propia de la provincia. Estas retenciones no constituyen un impuesto adicional, sino pagos a cuenta que luego se descuentan en la declaración jurada del contribuyente.
Si se retuvo de más, ese saldo se devuelve o se compensa.
El informe no menciona nada de esto. Tampoco cita normas, resoluciones ni cambios concretos en alícuotas. La afirmación se sostiene únicamente en una transferencia individual enviada por un televidente, sin contexto tributario, sin análisis técnico y sin documentación oficial.
Con ese nivel de evidencia, no es posible sostener que exista un cambio en la política impositiva.
Ahora bien, sí hubo un anuncio reciente relacionado con la recaudación provincial, y es importante explicarlo para evitar confusión.
BILLETERA VIRTUAL
Lo que la Provincia comunicó hace varias semanas fue la extensión del régimen de recaudación a las billeteras virtuales. Hasta el momento, las plataformas digitales estaban exentas de las retenciones que sí afectaban a cuentas bancarias tradicionales. Esto generaba una situación de ventaja impositiva injustificada entre operaciones realizadas por medios virtuales y las realizadas por bancos.
La medida busca igualar el tratamiento tributario: no aumenta impuestos, sino que corrige una asimetría.
Este es el punto que Majul omite… Y esa omisión es fundamental, porque se apoya en el desconocimiento de gran parte de la población para presentar la medida como la fake news de “un nuevo impuesto”, cuando en realidad se trata de equiparar la base de recaudación dentro del mismo tributo existente.

El mecanismo sigue siendo el mismo; lo que cambia es que se dejan de privilegiar determinadas plataformas.
En este contexto, presentar la medida como una maniobra encubierta para “sacarle plata a la gente” es una lectura deformada, engañosa y claramente partidista para golpear al gobernador provincial.
Lo que se está discutiendo no es una suba de impuestos, sino el fin de un trato diferencial que beneficiaba al sector financiero digital respecto del bancario tradicional.
La narrativa que plantea Majul se inscribe en un escenario político más amplio. Kicillof aparece hoy como uno de los posibles competidores más fuertes frente a Javier Milei en una elección presidencial. En ese contexto, mostrarlo como alguien que “dice una cosa y hace otra” funciona como estrategia para erosionar su credibilidad pública.
La discusión tributaria es totalmente legítima y puede ser debatida. Pero hacerlo sin explicar cómo funciona el sistema, sin datos, sin fuentes y sin rigor técnico, no aporta claridad ni información. Genera ruido, desconfianza y confusión. No se trata de periodismo. Es deshonestidad informativa con busca de rédito político.
Y cuando el análisis se construye sobre la confusión, la consecuencia es que el público recibe un mensaje que no ayuda a comprender, sino a desconfiar sin fundamento.
El debate político puede ser intenso. La explicación técnica, en cambio, debe ser precisa.

