Las constantes denuncias de un grupo de vecinos alertados por las consecuencias en la salud luego de la instalación de termoeléctricas en las localidades de Pilar y Escobar, finalmente tuvo su primer triunfo.
El Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) clausuró –de manera preventiva- dos de las centrales termoeléctricas que se ubican en el partido de Pilar, pero a escasa distancia del partido lindante: Escobar.
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Sin embargo, los vecinos aseguran que éstas siguen funcionando, violando todo control y sanción del Estado provincial. Por el hecho, los intendentes de Pilar, Nicolás Ducoté y su par de Escobar, Ariel Sujarchuk, habían mantenido serios cruces luego de que parte de la población levantara denuncias por las irregularidades de las centrales.
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En efecto, este grupo de vecinos ambientalistas considera que realmente empujó la instalación de las termoeléctricas, fue un “gran negociado”, debido a que ninguno de los partidos se encuentra en emergencia energética, según constató Cammesa.
De hecho, actualmente la zona es proveedora de energía para la República de Uruguay.
“Los vecinos las escuchan y en este momento están realizando numerosas denuncias. Inclusive (la Termoeléctrica) Araucaria está clausurada desde el 8 de enero. Hay videos y filmaciones que se demuestra que siguen funcionando”, señaló para INFOCIELO, Érica Hahn, referenta de la organización de Ambientalistas Autoconvocados de Pilar.
El organismo provincial decidió ordenar la suspensión de todo funcionamiento en las centrales, debido a que estas habían realizado los estudios ambientales por separado, pero que debido a la poca distancia que se encuentran una de la otra, se debía aplicar un estudio en conjunto.
Ahora, los vecinos exigen que las empresas de Tercera categoría –nivel que mide el riesgo de contaminación que emana este tipo de industrias-, sea erradicada de los centros urbanos.
“El fallo de la OPDS confirma lo que venimos diciendo desde hace varios años. Queda claro que esto es un gran negociado”, agregó la mujer.
Según estiman estudios médicos, las repercusiones negativas contra la salud frente a la exposición de los humos que se desprenden de la actividad termoeléctrica abarca un abanico de enfermedades, que varían desde patologías simples como conjuntivitis y faringitis, a algunas más graves como bronquitis asmática severa, enfermedades pulmonares crónicas, insuficiencia cardiaca e incremento del riesgo de cáncer.
También, la constante exposición al ruido derivado del funcionamiento de las plantas podría producir alteraciones en el organismo humano, como alteraciones en el sistema nervioso y cardiovascular.
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