La Conferencia Episcopal Argentina emitió un duro documento en medio de la crisis económica que atraviesa el país. En él, pide a los dirigentes políticos que dejen de lado sus “intereses mezquinos” y ruegan a quienes “poseen mayores responsabilidades” que “tengan la grandeza de pensar en el sufrimiento de muchos”.
El documento, titulado “A 40 años de la recuperación de la democracia renovamos la esperanza”, fue emitido durante el tercer día de la 122° Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina que es presidida por el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, y se desarrolla en la Casa de Retiros “El Cenáculo” de la localidad bonaerense de Pilar.
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“Día tras día vemos un pueblo que sufre. Pesa el agobio del desencanto, las promesas incumplidas, los sueños rotos. Pesa también la falta de un horizonte claro para nuestros hijos”, inicia el fuerte comunicado de la Iglesia.
“Angustia sentir que es cada vez más difícil poner el pan en la mesa, cuidar la salud, imaginar un futuro para los jóvenes. Se suman el miedo a salir a la calle, la violencia y la agresión generalizada“, detalla el documento, que describe en breves líneas el estado de situación argentino.
Y agrega: “Nos duele en el alma la deserción de los chicos del colegio, las aulas reemplazadas por una esquina o un rincón peligroso a la vista de madres impotentes. Volvemos a olvidar que la mejor política de seguridad es la educación”.
“No pretendemos ser expertos en diagnósticos, sólo recogemos el lamento y las lágrimas de la gente que nos encontramos en nuestros pueblos y barrios. ¿Qué hicimos de nuestra patria? A cuarenta años de la recuperación de la democracia vemos con dolor cuánto desaprovechamos las posibilidades que teníamos de construir una Argentina pujante y feliz“, argumenta la Conferencia Episcopal, con tono de lamento y desilusión.
A pesar del pesimismo, apostaron “con fervor a seguir confiando en el camino democrático con la esperanza de que estamos a tiempo. Siempre es posible renacer si lo hacemos entre todos. Siempre hay camino si somos capaces de conversar y de ponernos la patria al hombro. Este es un deseo que no sabe de grietas o partidos, es de un pueblo“.
“Rogamos a quienes poseen mayores responsabilidades que tengan la grandeza de pensar en el sufrimiento de muchos, más que en los intereses mezquinos. La gente necesita recibir propuestas concretas y realistas más que soluciones tan seductoras como inconsistentes”, sostuvieron.
A su vez, llamaron a “privilegiar a los tirados al borde del camino” y le hicieron otro llamado de atención a la actividad política, que “debería estar cimentada en una vida austera y coherente”.
“Si no actuamos hoy, dejaremos de ser protagonistas para convertirnos en espectadores fracasados“, cierra el contundente documento.
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