El intendente de General Villegas, Gilberto Alegre, explicó los motivos de su acercamiento al Movimiento Derecho al Futuro y también sus límites. “Les dije que si juegan con el kirchnerismo no estoy”, planteó en diálogo con INFOCIELO.
Alegre transita su sexto mandato como intendente. Experimentado y medido, analiza la coyuntura que atraviesa el peronismo y la oportunidad que significa el desdoblamiento electoral. “No estoy dentro del proyecto del kirchnerismo, no soy kirchnerista y nunca lo fui. Pero tengo presente que el gobernador es Axel Kicillof”, aclaró de entrada quien fuera miembro fundador del Frente Renovador y que volvió a ganar en su pago chico dentro del PRO peronismo de Juntos por el Cambio.
—Me pude acercar sin demasiadas dificultades y empiezo a tener feeling, digamos, porque percibo que lo que demanda el Gobernador es lo que demando yo. Y además se produce un hecho que a mí me ayuda a acercarme, que es el distanciamiento del kirchnerismo.
—Ese es el límite.
—Claro. Yo les dije que si juegan con el kirchnerismo no estoy, pero si juegan en contra, acompaño. Si arreglan con el kirchnerismo no voy a estar.
—El otro día en Chivilcoy hubo una reunión de intendentes que están en una situación, me da la sensación a mí, un poco parecida a la suya. Y plantean justamente que el kirchnerismo y el kicillofismo van a arreglar.
—Yo estoy en contacto, ellos me llaman. Me habían invitado a la reunión en Chivilcoy y no fui porque tenía muchas cosas que hacer. Es cierto que ellos dicen que van a terminar acordando. Yo, por ahora, tengo contacto con Carlos Bianco, con Kicillof, con los ministros, y sigo creyendo en este espacio. No tengo ninguna adhesión de otra naturaleza que no sea la política y la buena gestión que necesitamos hacer para resolver los problemas de cada una de nuestras localidades. No puedo hacer ideología en este momento, cuando estoy lleno de problemas que me los tiene que resolver la Provincia.
—¿Qué análisis se hace de esta ruptura que ha habido en el peronismo? ¿Le sorprende la forma en que una facción del peronismo se volvió contra Kicillof?
—No, yo creo que es un hecho natural: todo tiene que, en algún momento, desembocar en una ruptura que tenga que ver más con el futuro. Cristina está en un proceso de salvación individual y de alguna gente que la acompañó en su momento; no está pensando en resolver los problemas de la Argentina. No lo hizo cuando tenía que hacerlo, menos va a hacerlo ahora.
Entonces, en este proceso, Kicillof tiene obligaciones concretas de administración y de gestión que no pueden estar atadas a procesos que ya han pasado de moda, con funcionarios y personajes que poco tienen que ver con el desarrollo y el proyecto de una Argentina mejor.
En el peronismo hay mucha gente que lo ve con alguna expectativa, más allá de la inclinación que ha tenido en algún momento, relacionada con el kirchnerismo, con el socialismo del siglo XXI, ¿no? Se lo ve con una expectativa hacia adelante, de que sea un nuevo emergente de un proyecto político que hoy está muriendo, que es el peronismo.
Ese peronismo kirchnerista, hoy en día, está agonizando junto con el proyecto de Cristina. Si Cristina desaparece de la escena política, es muy probable que haya un peronismo que pueda resurgir, vinculado a los sectores más relacionados con lo tradicional.
—¿Pero encuentra diferencias programáticas entre Cristina y Kicillof?
—Yo creo que Cristina representa intereses que son del pasado. Eso es claro, y todo lo que ella puede pretender ahora, hacia adelante, uno se tiene que preguntar por qué no lo hizo cuando estuvo durante tantos años en la gestión. Hoy a Kicillof, que ha sido un hombre que respondió lealmente al proyecto de Cristina, le toca estar al frente de la gestión y se da cuenta de que las cosas no son de la manera en que venía entendiéndolas e intenta un cambio. Muchos ministros tienen un proyecto distinto, una visión mucho más amplia. Hablo del Ministro de Obras Públicas, del Jefe de Gabinete, gente que tiene otra visión.
—Si se diera un acuerdo electoral, ¿usted tendría la intención de colocar dirigentes en la lista seccional?
—No, no tengo ningún interés. No voy a cuestionar ni pedir absolutamente nada. No he pedido nada.
Yo simplemente estoy aquí trabajando, pensando en las cuestiones que tengo que resolver en mi distrito, que son muy, muy importantes, que no dan para que yo salga a pelear un puesto. Ya fui intendente y dejé el municipio para irme de diputado nacional; me fue muy bien y estoy muy contento de haberlo sido. Fui presidente de la Comisión de Agricultura, pero la gente me pasa factura por haber dejado el municipio y no lo haría de nuevo.
—Como hombre del interior, que habla además con la gente, ¿cómo cree que está el peronismo ahí? ¿Cómo está midiendo?
—Creo que a Milei le puede llegar a costar mucho insertarse en el territorio porque no tiene dirigentes. Puede ser que haya alguna vinculación con sectores urbanos, pero en el interior el vínculo es con los dirigentes locales. Y con el desdoblamiento de las elecciones eso se potencia. Por eso, no sé si le va a resultar tan sencillo imponerse con facilidad en el interior de la provincia de Buenos Aires.
—Estamos a las puertas de algo que siempre quisimos ver cómo podía llegar a funcionar, que es esta instancia de desdoblamiento. Más allá del impacto en términos electorales, ¿con qué expectativa lo ve desde el lado de la discusión política?
—Los candidatos locales van a tener un protagonismo, con lo cual tiene que cambiar también la política. Yo, cuando volví de la universidad, venía imbuido con toda la política universitaria, entonces venía a hacer campaña acá, a Villegas, y hablaba sobre los juicios a la junta de comandantes, hablábamos de la deuda externa, y un día, en un barrio, un vecino me frenó en seco y me preguntó: “¿Qué pasa con los perros?”. El problema de la gente son los perros, el agua, la basura.
¿Cómo puede ser que Villegas, que es un distrito inmensamente rico, que aporta al tesoro nacional fortunas a través de las retenciones, a la provincia a través del impuesto inmobiliario, de Ingresos Brutos, no tenga cloacas?