Franco Antunes, conocido como “Fran Fijap“, volvió a exhibir en sus redes sociales su discurso de odio al celebrar el asesinato del colectivero Sergio David Díaz. El crimen fue perpetrado por Rafael Horacio Moreno, un policía retirado, tras una discusión por el volumen de la música durante la madrugada de Navidad en Lomas del Mirador, partido de La Matanza.
En su cuenta de X (antes Twitter), el youtuber, conocido por su cercanía al círculo de Javier Milei, justificó el homicidio con comentarios que incluyeron expresiones abiertamente racistas y violentas hacia la víctima. “Merecido por marrón incivilizado”, escribió Antunes, y agregó: “Los orangutanes se irritaron y lo increparon aún estando equivocados. Se quedó cortísimo, había que repartir plomo”. Estas declaraciones no solo minimizan un asesinato a sangre fría, sino que legitiman un acto de violencia letal bajo un discurso de odio y discriminación.
El crimen ocurrió cuando Moreno, armado con un revólver calibre 38, disparó contra Díaz tras una acalorada discusión. Según el testimonio inicial del ex policía, el disparo habría sido “accidental”, una versión que está siendo evaluada por el fiscal Matías Folino, quien busca esclarecer las circunstancias del hecho. La víctima fue trasladada al Hospital “Diego Paroissien”, donde falleció poco después debido a las heridas.
Los antecedentes de Fran Fijap
Fijap es conocido por su estilo provocador y sus reiterados escándalos. En septiembre, protagonizó una pelea con el dirigente del Polo Obrero Eduardo Belliboni durante un programa de streaming, alegando que Belliboni intentó “asesinarlo”. Incluso, en su perfil de Twitter se describe como alguien que “sobrevivió a tres intentos de asesinatos kirchneristas”, haciendo referencia a episodios en los que fue repudiado por incitar al conflicto durante una marcha en defensa de la universidad pública.
En ese contexto, no resulta sorprendente que Antunes haya encontrado respaldo en figuras como el presidente Javier Milei, quien lo recibió públicamente tras ser expulsado de una manifestación universitaria. Sin embargo, el reciente apoyo a un homicidio supera cualquier límite ético, evidenciando la peligrosa normalización del racismo y la violencia en el discurso público.
Mientras tanto, el caso de Sergio David Díaz continúa bajo investigación. La sociedad exige justicia por una vida perdida a causa de un acto de violencia sin sentido, mientras que las expresiones de Antunes plantean un interrogante sobre los límites de la libertad de expresión y la responsabilidad de quienes amplifican discursos de odio.