Pasó de ser la gran figura del inicio del 2025, por el rebote que tuvo el pago de su cláusula de 15 palos (un total de 21 millones de dólares incluyendo impuestos), a tener un año de menos a más y terminar festejando un bicampeonato con Estudiantes que, sin dudas, lo volvió a poner en la vidriera del mercado. Cristian Medina, todo indica, jugó en la final contra Platense su último encuentro en el Pincha. Y mientras espera por su salida, se reencontró con viejos compañeros de Boca.
Sí, fue en el casamiento de Kevin Zenón que el volante se volvió a juntar con quienes fueron sus compañeros desde su debut en Primera y, en algunos casos, con quienes compartió toda la carrera, desde las Inferiores. De hecho, Equi Fernández, hoy en el Bayer Leverkusen, fue uno de ellos. Juntos, además, integraron el medio que llegó a la final de la Libertadores 2023 contra el Fluminense.
Medina subió a sus redes un posteo de Paredes, con quien no jugó pero compartió algunos entrenamientos en la Selección Argentina. Allí, se lo ve también con el propio Equi, Merentiel, Lautaro Blanco, el Changuito Zeballos y Leandro Brey, el arquero suplente del Xeneize, en lo que fue una de las imágenes de la noche, por la vuelta del volante de Estudiantes a un ambiente bien bostero.

Zenón y su novia Sol Amsler se casaron en Santa Fe, en un espacio a orillas del Río Paraná. En una fiesta que tuvo mucha presencia de jugadores de Boca. Con Medina, además, el zurdo jugó en la Selección Olímpica que compitió en París.
A la espera de su venta
Mientras tanto, los indicios indican que Medina no será parte de Estudiantes en el 2026, aunque en estos días no hubo avances concretos por su salida. El volante tiene posibilidades de irse a Brasil y la decisión no depende del Pincha, ya que el dueño de sus derechos económicos es justamente Foster Gillett, quien decidirá el futuro del ex Boca para empezar a recuperar la inversión realizada.

Además, otro dato clave es que, de quedarse, Estudiantes debería afrontar su contrato, ya que el acuerdo con el empresario estadounidense fue que él se hacía cargo del sueldo del jugador en el primer año y el club se ocupaba de los cuatro años restantes que firmó, sabiendo de todos modos que no iba a estar todo ese tiempo en el Pincha.

