En una entrevista no “pre pactada”, el ex presidente Mauricio Macri estuvo en “exclusiva” frente a dos de (sus?) periodistas predilectos, Jonatan Viale y Laura Di Marco por la señal de cable del Diario La Nación luego de su declaración indagatoria por escrito en Dolores, pero en realidad pareció más realizada para “lavar culpas” acerca del incidente del micrófono de C5N arrojado al piso por él, y del que pidió unas ‘extrañas disculpas’ previamente, a través de su cuenta oficial de Twitter.
Logrando casi opacar la verdadera razón por la cual Mauricio Macri debió retornar nuevamente a Dolores en menos de una semana, tras haber practicado la dilación del levantamiento del ‘secreto de inteligencia’ como estrategia de defensa, la entrevista “de sopetón” buscó limpiar la imagen pública: el único tema que le preocupa al ex mandatario de su causa judicial de espionaje a los familiares de los muertos en el submarino ARA San Juan.
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UN INCIDENTE QUE AFECTÓ MÁS AÚN SU IMAGEN
Es que tal fue la repercusión mediática del incidente del micrófono que corría peligro que ese hecho atentatorio contra la libertad de expresión terminara impactando sobre su casi ilevantable imagen aún más que una situación infinitamente más grave como es la imputación de espionaje, algo que es recurrente en su vida y en su carrera política desde que era Jefe de Gobierno porteño.
Las dispensas presentadas unas horas antes del reportaje con Jonatan Viale y Laura Di Marco decían: “Mis disculpas por lo que pasó hoy al bajar del auto. Fue un acto reflejo al ver que se me venían los micrófonos encima. Lamento que haya terminado en el agua”, con la particularidad de la “doble interpretación” posible a la frase “Lamento que haya terminado en el agua“: una literal, acerca del micrófono, y la otra metafórica, a la que muchos le adjudicaron a la propia vida de los oficiales submarinistas hundidos durante su mandato.
“QUIETO BORROMEO”
Sin embargo a la hora de preguntar sobre el suceso en el cual por la secuencia de imágenes puede apreciarse claramente como Mauricio Macri toma justamente el micrófono de C5N (que estaba sostenido a través de un pie por el periodista Nicolás Munafó) y lo quita, ejerciendo presión fuertemente para arrojarlo al piso y que termine en un charco de agua, Jonatan Viale apeló a una especie de “reto” como el que el personaje de Juan Carlos Calabró realizaba a su hijo “Borromeo” cuando este se rebelaba en público, y la reprimenda duramente anunciada era una simple y liviana advertencia sin ninguna consecuencia, como hecha más para quedar bien con los presentes que para realmente castigar la “travesura”.
Porque los términos utilizados por Jonatan Viale para recriminarle a Mauricio Macri su selectiva reacción frente al micrófono del único canal opositor a su gestión, y al que intentó cerrar, vender e influir judicialmente para que sus dueños fueran presos (como de hecho estuvieron), se limitó a la frase “SE VIO FEO“, intentando de ese modo “solidarizarse” con sus colegas agredidos, que incluyeron condenas de organismo afines a los medios dominantes como FOPEA Y ADEPA, lo cual obligó a Macri a salir a hablar públicamente de su intempestiva reacción.
Tanto el lenguaje corporal de Jonatan Viale como el de Laura Di Marco, sumado a la mencionada frase “se vio feo”, permitieron al ex presidente intentar lavar sus culpas alegando simplemente defenderse de “una nube de micrófonos que vi avanzando, y que tienen como ‘patas” y se me vienen encima, y ese lo agarro, lo trato de tirar, y justo se cae”.
Luego agregó: “Se ve en la imagen que ni vi, ni vi que micrófono era… Así que pido disculpas que el micrófono terminó en el agua, pero la verdad lo único que hice fue tratar de ‘evitar que el micrófono colisione con mi cabeza’, porque venía avanzando”,se defendió Mauricio Macri.
En ese momento fue cuando llegó la ‘solidaria participación‘ de Jonatan Viale al reprenderlo por los hechos con la lapidaria exclamación de “se vio como un acto feo, se lo digo, justo fue a un canal crítico”.
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