Un informe realizado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) a pedido del Poder Ejecutivo Nacional dio a conocer que la fuga de capitales entre 2015 y 2019 superó los US$ 86.000 millones. A su vez, más de la mitad de ese dinero se concentró en el 1% de las empresas y personas humanas que compraron dólares en ese período.
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En total, la cantidad de personas humanas que compraron divisas en este período fue de 6.693.065 y el las personas jurídicas alcanzaron la cifra de 85.279.
“El incremento de la formación de activos en el exterior de los residentes fue el resultado de un profundo cambio de paradigma impuesto por la política cambiaria, monetaria y de endeudamiento tendientes a una desregulación de los mercados que impulsó el gobierno de Mauricio Macri”, indicó y agregó que “la sumatoria de estas medidas provocó una grave crisis que afectó a la economía del país y que se tradujo en menor crecimiento e inversión, mayor desempleo y un deterioro en la distribución del ingreso”.
Según el BCRA, hubo dos etapas en la dinámica de movimientos de capitales durante el período 2015-2019, la primera de ellas que se extendió hasta comienzos de 2018 y se caracterizó por un fuerte ingreso de divisas y otra inmediatamente posterior en la que se invirtió el flujo de dinero.
En la primera, ocho de cada diez dólares que ingresaron al país tuvieron su origen en “colocación de deuda y capitales especulativos” y la formación de activos externos de los residentes alcanzó los US$ 41.100 millones.
“El ingreso de divisas por deuda pública, privada e inversiones especulativas de portafolio sumaron US$ 100.000 millones en el período”, afirmó el BCRA y resaltó que “con la reversión de los flujos de capitales a principios de 2018, las autoridades decidieron recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI), que desembolsó un préstamo récord de US$ 44.500 millones”.
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