El senador Francisco Durañona -dos veces, y hasta diciembre de 2019, intendente de san Antonio de Areco- fue uno de los primeros en poner sobre la mesa la oportunidad que significaba para el Estado la delicada -e irregular- situación de Vicentin, con la posibilidad de intervenir de manera definitiva en los agronegocios y garantizar la soberanía alimentaria.
Hoy, en diálogo con INFOCIELO, celebró la medida anunciada por el presidente Alberto Fernández y explicó por qué es relevante para garantizar la soberanía sanitaria, para trabajar sobre la salubridad y para intervenir en el mercado agroexportador.
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“Es extraordinariamente importante para la Argentina y para el mundo, mucho más en este momento de pandemia”, señaló el legislador bonaerense, quien subrayó que “desde la década del 70 el Estado no tiene ninguna participación en el rubro de los agronegocios, la producción y la exportación de alimentos”.
Para Durañona, la medida busca garantizar la soberanía alimentaria, ya que, mediante el control de Vicentin, “el Estado va a poder ser uno de los grandes jugadores en materia de produccion de alimentos y le va a permitir tener incidencia en formacion de precios”, pero tambien en incidirá en “la manera en la que se producen alimentos, en temas como la utilizacion de fertilizantes, y trabajar sobre la salubridad argentina”.
En tercer lugar, explicó la importancia de intervenir en el mercado agroexportador, donde siempre está vigente “la pelea por la fijación de los derechos de exportación” a partir de la falta de conocimiento en torno a cuál era la verdadera participacion de las exportadoras” y cuál el margen que tenían los pequeños productores para negociar.
“Ahora el exportador va a ser el propio Estado y va a permitir tener un arbitro. Va a ser uno de los 4 o 5 jugadores mas grandes en exportacion y en la relacion con los productores”, anticipó Durañona. La necesidad de que haya “un árbitro” no es menor. Para el exintendente de Areco la relación entre productores y exportadores es “leonina y perversa” al punto que “uno de los principales acreedores de vicentin son 1.700 productores que le entregaron su producción anticipadamente para que pudieran exportar a mejor precio”.
Así lo graficó: “Los dueños de Vicentin estaban al frente del mercado de cereales de Rosario, que determina el precio diario, el valor de exportacion de los cereales para exportar y el precio futuro”, con lo cual un actor “decía cuanto iba a valer la tonelada de soja y el pequeño productor que tenia la produccion en la mano la tenia que entregar a ese precio, sin que el Estado pudiera intervenir”.
A partir de la intervención y de la posterior estatización, Durañona anticipó que la relación “va a ser diferente” y las consecuencias más que importantes: “Si le das poder de fuego autonomia y cuidado al pequeño productor, es el principio para empezar a redistribuir la tierra, y evitar que se siga concentrando”, remató.
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