Familia y amigos de Rodolfo González, el joven que fue secuestrado en el barrio porteño de Saavedra, luego fusilado e incinerado y tirado en un descampado de Bernal, despiden sus restos.
“Lo mataron con una brutalidad feroz. Es muy extraño”, coincidieron los investigadores sobre el salvaje asesinato de éste que el último domingo se dirigía a un partido de fútbol y fue capturado en el camino. Horas después, apareció muerto con un disparo en la nuca y parte del cuerpo quemada.
Pese a que la hipótesis más fuerte es que se trató de un secuestro express, a los investigadores les llama la atención la forma en que ultimaron al adolescente. Si bien se comunicaron en cuatro oportunidades, en ningún momento llegaron a pactar la forma del rescate.
En este camino, sospechan que la víctima pudo reconocer a alguno de sus captores. La otra vía es que se trató de delincuentes inexpertos, que se pusieron nerviosos y decidieron terminar el secuestro de la peor manera. Lo seguro es que no hay pistas firmes.
Quienes conocían a Rodolfo son sus compañeros de escuela y familiares, quienes revelaron que Rodolfo repartía viandas para ayudar a su familia. El auto Voskswagen blanco, encontrado horas después del hallazgo del cuerpo, había sido adquirido para ayudar en el reparto. Este es otro punto que llama la atención de los investigadores policiales, dado que no se explican cómo pudo convertirse en blanco de los delincuentes.
“Lo mataron con una brutalidad feroz. Es muy extraño”, coincidieron los investigadores sobre el salvaje asesinato de éste que el último domingo se dirigía a un partido de fútbol y fue capturado en el camino. Horas después, apareció muerto con un disparo en la nuca y parte del cuerpo quemada.
Pese a que la hipótesis más fuerte es que se trató de un secuestro express, a los investigadores les llama la atención la forma en que ultimaron al adolescente. Si bien se comunicaron en cuatro oportunidades, en ningún momento llegaron a pactar la forma del rescate.
En este camino, sospechan que la víctima pudo reconocer a alguno de sus captores. La otra vía es que se trató de delincuentes inexpertos, que se pusieron nerviosos y decidieron terminar el secuestro de la peor manera. Lo seguro es que no hay pistas firmes.
Quienes conocían a Rodolfo son sus compañeros de escuela y familiares, quienes revelaron que Rodolfo repartía viandas para ayudar a su familia. El auto Voskswagen blanco, encontrado horas después del hallazgo del cuerpo, había sido adquirido para ayudar en el reparto. Este es otro punto que llama la atención de los investigadores policiales, dado que no se explican cómo pudo convertirse en blanco de los delincuentes.