El Monitor de Desempeño Industrial (MDI) de la Unión Industrial Argentina (UIA) volvió a confirmar que el sector fabril atraviesa un panorama complejo. En julio, el índice se ubicó en 45,3 puntos, lo que significó su decimotercer registro consecutivo en zona de contracción. Aunque representó una leve mejora frente a junio, el informe difundido este miércoles advirtió que la actividad se mantiene estancada tras la fuerte caída de comienzos de año.
El relevamiento, que abarcó a 787 empresas de todo el país, mostró que el 36,3% redujo su producción respecto al trimestre anterior, mientras que solo el 21,8% reportó aumentos. El resto no percibió cambios. La misma tendencia se repitió en las ventas internas, donde el 43,5% señaló caídas frente a apenas un 18,6% que registró mejoras.
La demanda interna deprimida, el incremento de los costos laborales, las dificultades de financiamiento y la mayor competencia de productos importados e informales fueron los principales factores que incidieron en este escenario. A ello se sumaron las altas tasas de interés y la incertidumbre macroeconómica, que continúan limitando decisiones de inversión.
En el frente externo, los resultados fueron algo más equilibrados, aunque negativos: un 30,5% de las firmas exportadoras indicó caídas frente a un 16,6% que informó subas. En el plano laboral, el informe reveló que un 24,4% de las empresas redujo empleo, el nivel más alto de la serie, mientras que un 19,4% directamente avanzó con despidos. El ajuste impactó especialmente en las pymes, donde también se registraron reducciones de turnos de trabajo.
Sectores y preocupaciones
La situación varió según ramas de actividad. Solo Alimentos, bebidas y tabaco, junto con Químicos y petroquímicos, superaron el umbral de 50 puntos del MDI. En contraste, textiles, confecciones, cuero y calzado se ubicaron en el extremo opuesto, con retrocesos más profundos.
Las preocupaciones centrales de las empresas fueron la caída de la demanda interna (40,1%), el aumento de costos (21,4%) y la dificultad para competir con productos importados (19%). Más de la mitad de las compañías también advirtió un incremento de la oferta informal y del contrabando, con un impacto fuerte en rubros como calzado, textiles e instrumentos médicos.
Financiamiento y expectativas
El informe señaló que un 39,6% de las empresas necesitó crédito bancario, aunque el 42,8% de ellas no pudo cubrir el total requerido. La restricción golpeó con mayor dureza a las pymes, mientras que las grandes compañías lograron acceder en su totalidad. Además, un 44,1% presentó atrasos en alguna de sus obligaciones, y un 5,3% enfrentó dificultades en todos los rubros, desde salarios hasta impuestos.
El nivel de utilización de la capacidad instalada promedió 55,8% en julio, con un 65,7% de las firmas trabajando por debajo de lo que consideran óptimo. Las expectativas empresariales también mostraron un deterioro: el 48,6% anticipó mejoras para los próximos meses, cuando en el relevamiento anterior lo había hecho el 57,8%. A nivel sectorial y nacional, el optimismo retrocedió en proporciones similares.