El impacto de las políticas económicas del gobierno nacional ya se refleja con fuerza en el mercado laboral bonaerense, donde los indicadores muestran un retroceso generalizado y sostenido. Según alertó el ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires, Pablo López, desde la asunción de Javier Milei se perdieron cerca de 200.000 empleos formales en todo el país.
“Desde la asunción del presidente Milei, se han perdido aproximadamente 200.000 puestos de trabajo formales, de los cuales 115.000 corresponden al sector privado, 58.000 al sector público y 22.000 a empleos en casas particulares”, detalló López, quien remarcó además que la caída del empleo continúa agravándose. En comparación con marzo de 2024, el país registra una disminución de 71.000 puestos de trabajo, lo que marca una tendencia negativa persistente.
El titular de la cartera económica provincial no solo puso el foco en las cifras, sino también en las consecuencias sociales de este escenario. “Reparar el daño que el gobierno de Milei está causando al pueblo trabajador demandará un esfuerzo considerable”, advirtió. Y agregó: “Es imperativo recuperar la senda de la producción y el trabajo, con el objetivo de construir una Argentina más equitativa y justa”.
La Provincia en alerta
En el caso específico de la provincia de Buenos Aires, la situación es alarmante. En el primer trimestre de 2025, la desocupación llegó al 9,3%, es decir, 1,3 puntos más que en el mismo período de 2023. El conurbano bonaerense encabeza los registros con un 9,7% de desempleo, seguido por el Gran La Plata, con un 8,7%.
El deterioro no afecta a todos por igual. Los sectores más golpeados siguen siendo los más vulnerables, particularmente las mujeres jóvenes, cuya tasa de desocupación trepó al 22,7%, y los varones menores de 29 años, con un 17,6%. “En sintonía con las tendencias nacionales, en la provincia los más afectados son los jóvenes y las mujeres”, remarcó López, señalando un patrón de exclusión creciente.
Así, el panorama laboral en territorio bonaerense no solo refleja las consecuencias inmediatas de las políticas nacionales, sino también una preocupación de fondo por su impacto en el tejido social y productivo.