La ciudad balnearia de Necochea quedó conmocionada tras confirmarse el femicidio de Débora Bulacio, quien había desaparecido el fin de semana luego de acampar junto a su pareja, Ángel Gutiérrez. Su cuerpo fue hallado este martes, sumergido en un lago cercano al camping Miguel Lillo, tras varios días de intensa búsqueda.
La investigación dio un giro decisivo cuando la Policía encontró rastros de sangre en el lugar donde la pareja había sido vista por última vez. Con esos indicios, el fiscal Walter Pierrastegui ordenó la detención inmediata de Gutiérrez, quien fue imputado por homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género. La jueza de Garantías Aída Lhez dictó su prisión preventiva.
Durante los operativos del martes, los peritos hallaron la carpa donde habían acampado, con manchas de sangre y un fuerte olor a putrefacción. Dentro y alrededor del lugar se secuestraron objetos personales de Débora, como maquillajes y prendas de vestir. “La carpa tiene manchas hemáticas y un fuerte olor a putrefacción”, relató desde el lugar la periodista Analía Elefante, quien presenció el procedimiento de Policía Científica.
El cuerpo de Débora fue encontrado en una laguna de aproximadamente un metro de profundidad, a pocos metros del camping. Gutiérrez, de 42 años, presentaba heridas en el cuello compatibles con una posible defensa de la víctima.
Según trascendió, el hombre ya tenía antecedentes por violencia con una pareja anterior, aunque Débora nunca había radicado denuncias formales. La última comunicación que mantuvo fue con su hija, a quien le habría confesado que había sufrido agresiones.
La desaparición se denunció cuando ella no realizó el check-out del camping, mientras que Gutiérrez regresó solo a su domicilio y evitó dar explicaciones a la familia. Horas más tarde, el peor desenlace se confirmó: Débora estaba muerta.

