Un clásico de los medios corporativos de comunicación, más allá de que exista o no una pauta oficial en blanco, es respaldar las medidas de los gobiernos neoliberales, suavizando (o intentando hacerlo) el impacto que cada una de esas decisiones provoca en la población, y especialmente en la clase media. Clarín parece haber dado el puntapié inicial de aquella costumbre tan frecuente en tiempos de Mauricio Macri, cuando ante cada situación angustiante o preocupante, enseguida las plumas del autoproclamado “Gran Diario Argentino” salían a poner paños fríos, justificar o “acolchonar” el impacto.
Esta vez se trató de, quizás, la primera nota de ese estilo publicada en la mañana del jueves 14 de diciembre, a cuatro días de la llegada al poder de Javier Milei, cuando el histórico periódico puso como titular: “Más barata que en Uruguay y Brasil, pero por encima de otros países: con el nuevo aumento, cómo queda el precio de la nafta en Argentina comparado con la región“.
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ANALIZANDO EL SENTIDO DEL TÍTULO
No es azaroso que el primer adjetivo que aparezca sea “barata“. El cerebro humano suele recibir esa palabra inicial como el mayor impacto más allá de lo que luego siga diciendo la frase.
Indicar antes que nada que la nafta, aún tras el zarpazo de ayer, es más económica que en Brasil y Uruguay, transmite cierto alivio a quien recibe la información, que naturalmente piensa: “Bueno, tan tremendo no es. Había que sincerar precios de combustible”.
Diametralmente diferente al modo en que comunicaban esa misma noticia hasta la semana pasada cuando cada aumento, por pequeño que fuera, era subrayado como una verdadera catástrofe que transformaba al país en “invivible”.
Tampoco era habitual que se compare en un título el precio del hidrocarburo con el resto de la región, ni que se lo justificara por la suba del dólar oficial.
Sin embargo no sólo el encabezado intenta sostenerlo como necesario, y legitimar el brusco aumento, porque también en el cuerpo del artículo ciertos párrafos abonan la idea de que “no habría de que preocuparse ni quejarse”, cuando agrega: “Aun con este fuerte salto, el valor se mantiene por debajo de otros países de Sudamérica. Algunos ejemplos de Estados limítrofes: en Uruguay el litro está casi dos dólares, en Chile roza el dólar y medio, y en Brasil se ubica en US$ 1,1”.
También subraya que el gobierno de Alberto Fernández mantuvo “pisado” el valor de la nafta. Algo incongruente con la comparación del valor de los combustibles con el precio del dólar, porque siguiendo esa lógica, la razón de la suba del miércoles está dada únicamente en la modificación estatal del precio de la moneda estadounidense…Por tanto seguiría “pisado”. Nada suma el artículo, en cambio, sobre la contradicción de fijar precios para un gobierno que se proclama de extracción liberal.
SACANDO CARETAS
Desde estas páginas, a partir de ahora, se intentará desenmascarar cada intento del periodismo dominante que busque justificar cualquier medida por más dañina que sea para la mayoría de la población, más allá de a quien haya votado cada ciudadano.
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