La Ruta Provincial 41 está dejando de ser una ruta tradicional para convertirse, en los hechos, en una mini autopista del interior bonaerense. El Gobierno de la Provincia avanza con la obra de transformación en autovía en un tramo de 25,7 kilómetros que conecta San Andrés de Giles con San Antonio de Areco, una intervención que apunta a mejorar la conectividad regional, la seguridad vial y el movimiento productivo de la zona.
Los trabajos están a cargo del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos, a través de la Dirección de Vialidad, y contemplan la construcción de una segunda calzada paralela a la actual, lo que permitirá contar con dos carriles por sentido de circulación entre las intersecciones con las rutas nacionales RN 7 y RN 8. En la práctica, se trata de una traza con características similares a una autovía moderna, algo poco habitual en corredores del interior.
El proyecto incluye la repavimentación y el ensanche de la calzada existente, la construcción de tres puentes peatonales en zonas urbanas y 18 puentes sobre cursos hídricos, que permitirán vincular ambas manos y facilitar desvíos sin interrumpir el flujo vehicular. A esto se suma una intersección rotacional a la altura de la RN 7 y varios cruces de alto nivel sobre trazas ferroviarias, tanto del Ferrocarril General Urquiza como del Mitre.

También se interviene sobre los distribuidores y accesos a la rotonda existente en la RN 8, donde la nueva traza se conectará con las colectoras dentro de la trama urbana. Además de San Andrés de Giles y San Antonio de Areco, los trabajos impactan en los accesos a Vagues, mejorando la integración vial de toda el área.
Un corredor clave para el interior bonaerense
Según datos oficiales, por este tramo de la RP 41 circulan más de 6.000 vehículos por día, un número que crece en determinadas épocas del año. La ruta forma parte de un corredor estratégico del noreste bonaerense, con una extensión total de 378 kilómetros, que conecta Castelli con Baradero y atraviesa 10 municipios.
En los meses de verano, la RP 41 cumple además un rol clave al absorber parte del tránsito que se dirige desde grandes ciudades del interior hacia los destinos turísticos de la Costa Atlántica, lo que refuerza la importancia de contar con una infraestructura más segura y eficiente.


