La ciudad de Miramar quedó sacudida por un operativo de gran despliegue que puso el foco en la Iglesia Evangélica Escuderos de Cristo. La Policía Federal allanó cuatro inmuebles en el marco de una investigación por trata laboral, una causa que lleva adelante la fiscal federal Laura Mazzaferri, especializada en delitos complejos y trata de personas.
El procedimiento, que comenzó al amanecer del miércoles y se extendió hasta horas del mediodía, incluyó la irrupción en el templo ubicado en avenida 9 y calle 72, un local de compraventa en avenida 23 y calle 38, una vivienda en 52 bis casi calle 3 y otra casa cuya dirección no trascendió.
El templo en la mira
El centro de la investigación es la iglesia Escuderos de Cristo, un templo evangélico que desde hace años desarrolla tareas con personas en situación de calle en Miramar. El lugar, que recientemente había inaugurado un centro de día con actividades socio-comunitarias, quedó bajo sospecha tras las denuncias que derivaron en la intervención judicial.
En redes sociales, la ex concejal Mónica Lescano había difundido fotos y mensajes celebrando el lanzamiento del centro de día. Allí se destacaba la participación de la asociación civil Guerreros de Cristo, liderada por Claudia Peyrano, nieta de Elena, quien presentó el proyecto como un espacio gratuito de encuentro, socialización y contención para adultos mayores y familias de la zona.
Ese mismo espacio fue allanado por los efectivos federales en busca de pruebas que confirmen o descarten la existencia de explotación laboral vinculada a las actividades de la congregación.
Una causa con reserva
Fuentes judiciales confirmaron la realización de los operativos, pero advirtieron que el caso se encuentra bajo secreto de sumario. Esto impide conocer detalles sobre las posibles víctimas, los denunciados o la modalidad exacta de la explotación que se investiga.
Lo que sí trascendió es que participaron distintas áreas de apoyo, incluyendo la Dirección de Asistencia a la Víctima y personal de Migraciones, lo que hace suponer que se relevaron testimonios en el lugar y se buscó dar contención a personas que podrían haber sido utilizadas bajo condiciones laborales precarias o engañosas.
El despliegue policial y la elección de los puntos allanados apuntan a desarticular una posible red con varias ramificaciones: desde el templo evangélico como supuesto núcleo de captación hasta domicilios y locales comerciales que funcionarían como espacios de explotación o traslado de trabajadores.
Por ahora, no se registraron detenciones ni imputaciones formales. Se espera que en los próximos días la fiscalía defina pasos concretos y pueda dar mayor claridad sobre la magnitud del caso.
Mientras tanto, el templo evangélico Escuderos de Cristo permanece en el centro de la controversia, con una comunidad dividida entre la sorpresa, la desconfianza y el reclamo de explicaciones.