En la jornada de ayer Patronato de Paraná anunció la llegada de Gastón Gil Romero, quien así será prestado por tercera vez de manera consecutiva, evidenciando que luego de un debut a lo grande en la Primera Albirroja ahora no tiene lugar en el club.
La situación del joven volante de 24 años oriundo de General Roca es quizás una de las más llamativas que se vieron en el Pincha en los últimos años, ya que luego de una irrupción sobresaliente pasó al ostracismo casi de la noche a la mañana.
Sus primeros pasos en Estudiantes lo vieron iniciar su camino en 2012 con solo 18 años, y en apenas un par de partidos se ganó el aplauso del hincha y el mote de gran promesa, asomando como el futbolista destinado a hacer olvidar a Rodrigo Braña.
Rápidamente Gil Romero se ganó un lugar en el once titular y para comienzos de 2014, a los 20 años de edad y con 38 partidos sobre sus espaldas, se convirtió en uno de los capitanes más jóvenes en la historia del primer equipo Albirrojo de la mano de Mauricio Pellegrino.
Su presente, en ese momento, no sorprendió demasiado sino que fue el reflejo de lo que tanto se había hablado sobre él en las Divisiones Inferiores, en donde llevó la cinta en todas las categorías que atravesó y llegó a integrar los Seleccionados Juveniles.

DESTINO EUROPEO…
Su buen nivel hizo que, en el inicio de ese 2014, su nombre comenzara a sonar con fuerza en el mercado europeo, e incluso se llegó a hablar de un interés concreto del Liverpool de Inglaterra para hacerse con su ficha, aunque la oferta finalmente no llegó.
El rionegrino se quedó y completó un muy buen año en el que totalizó 37 partidos más entre torneo y copas, aunque en noviembre vivió un extraño episodio que aún hoy es recordado por muchos: discutió fuerte con Leandro Desábato, y al ser reemplazado, se retiró llorando.
A comienzos de 2015 su nivel decayó un poco, entre algunas molestias físicas y una gran exigencia por la triple competencia que atravesaba el equipo, pero nuevamente volvió a ser sondeado desde el exterior, esta vez desde el Jaguares de Chiapas de México.
Nuevamente se quedó en el Pincha, y en un año de vaivenes que terminó con algunos rendimientos pobres, acabó totalizando 30 partidos. El 28 de noviembre fue el último de ellos, ante Olimpo por la Liguilla, y sin saberlo sería hasta hoy su último juego oficial en el club.
A fin de año su nombre empezó a sonar fuerte en el mercado, pero ahora a nivel local: River fue el primer interesado, aunque luego se sumaron Banfield y Rosario Central a la lista. Finalmente pasó al Canalla, cedido a préstamo para hacerle lugar a Santiago Ascacíbar.
POZO SIN FONDO
La idea de su paso a la institución rosarina se dio con el objetivo de que tuviera allí los minutos que, en vistas de la aparición del Ruso en el primer equipo, no iba a poder tener. El cuerpo técnico, en ese entonces a cargo de Nelson Vivas, buscó que tenga continuidad para volver a su nivel.
Sin embargo el volante jugó muy poco en sus primeros seis meses en el Canalla, aquejando por una pubalgia. Luego de solo 10 partidos en Arroyito decidieron rescindirle el contrato antes de tiempo, ya que su préstamo se extendía hasta diciembre, y pegó la vuelta para La Plata.
Todavía más relegado que en el inicio de ese 2016, Gil Romero encontró una salida en Sarmiento, aunque a último momento se decantó por Defensa y Justicia. No obstante, cuando todo parecía cerrado, no pasó la revisión médica y la cesión se cayó.
Sin estar en óptimas condiciones desde lo físico, y colgado por el cuerpo técnico de ese entonces, el volante sumó algunos minutos en Reserva y finalmente se sometió a una operación para poder llegar bien a la pretemporada de comienzos de 2017.
El volante de General Roca arrancó el nuevo año trabajando con normalidad a la par de sus compañeros, pero una vez más, no fue tenido en cuenta por el cuerpo técnico y debió buscar minutos en otra parte. Esta vez si los consiguió, aunque en Ecuador.

RENACER AZUL
Después de seis meses sin actividad oficial y de un 2016 en el que solo disputó 10 partidos, pasó a la Universidad Católica con la intención de volver a entrar en ritmo de competición, y si bien le costó en las primeras semanas, pudo afianzarse.
Luego de ingresar desde el banco en 4 de sus primeras 5 presentaciones finalmente el volante Albirrojo se ganó un lugar dentro del equipo ecuatoriano, y acabó el año con nada menos que 40 presentaciones entre el torneo local y la Copa Sudamericana.
En sus 40 partidos en la U jugó 36 de ellos como titular, siendo reemplazado solamente en 5 ocasiones sin haber convertido goles. 3.207 fueron los minutos que tuvo en cancha en todo 2017, más que en sus mejores años en Estudiantes.
Con la confianza de haber vuelto a sentirse bien dentro de la cancha, el volante se presentó en City Bell para intentar meterse en la consideración de Lucas Bernardi en este 2018, pero rápidamente el DT Albirrojo le confirmó que iba a correr desde atrás.
La tercera no será la vencida: luego de renovar contrato para poder ser cedido, ya que solo tiene 6 meses de vínculo por delante, Gil Romero tendrá que sumar minutos en Patronato para intentar tener esa revancha que tanto desea en Estudiantes.








